Opinión — 20 de mayo de 2015 | 11:58

Despedidas

Un texto de

xvbh

Los besos más sinceros llegan rodeados de miradas extrañas, halógenos y baldosas blancas. Las despedidas de verdad suceden en los aeropuertos y estaciones de tren cada jueves, aunque a estas alturas de la primavera también se suelen ver en los estadios de fútbol porque es el tiempo en el que los mitos que un día parecían inmortales reciben el último beso de su afición antes de colgar las botas o cambiar de colores. Este sábado llega el turno de Xavi, que dejará el Barcelona después de media vida para iniciar una aventura en Qatar. 

Xavi se despide este sábado del Camp Nou y con él se irá un trozo del Barça

Anfield, santuario para todo amante del balón, se regaló la semana pasada un abrazo a sí mismo porque Steven Gerrard siempre ha sido el Liverpool y el Liverpool siempre será Gerrard. Diecisiete años resumidos en las lágrimas de la grada y una vuelta al campo del mito rodeado de sus hijas, una despedida sencilla para un tipo que siempre fue futbolista antes que estrella. Fue un adiós pero probablemente será un hasta luego porque Stevie G seguro que volverá a pisar ese templo, aunque sea con traje y corbata.

Al fútbol de alto nivel, como al resto de deportes, le cuesta una barbaridad decir adiós con dignidad a sus héroes porque la competición es sádica y entierra los éxitos de ayer. Por eso, a veces, los capitanes salen por la puerta de atrás sin recibir el aplauso de la grada como le pasó a Raúl, símbolo para siempre del Real Madrid, que tuvo que esperar tres años para recibir el abrazo de su querida afición cuando incluso había sido homenajeado por su grada adoptiva.

Dicen que los mejores besos suelen ser los que llegan después del último beso. Que se lo digan a Michael Jordan, autor de aquella maravillosa canasta que valió un anillo para los Chicago Bulls cinco años después de anunciar su -primera- retirada. Pero hablar de despedidas en el mundo del deporte es hablar de Lou Gehrig, uno de los mejores jugadores de béisbol de la historia, obligado a retirarse a los 35 cuando todavía era una estrella de los Yankees al ser diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica. «Me considero el hombre más afortunado sobre la faz de la tierra», dijo Gehrig en un adiós inigualable dos años antes de perder la batalla contra su enfermedad.

Este domingo le llega el turno a Xavi Hernández, 18 temporadas y media vida entregada al Barcelona, más partidos y títulos que nadie; imposible un tributo que le haga justicia porque se lo ha dado todo a su club y también al fútbol español, motor de una etapa irrepetible. Aún así la fiesta será emotiva en su último día en el Camp Nou como azulgrana entre otras cosas porque levantará el trofeo de la Liga. Su adiós al Barça esconde un epílogo tremendo porque después del sábado estará a dos partidos de levantar el triplete. Ya saben, los mejores besos suelen llegar después del último beso.

Víctor Pérez

Víctor Pérez es periodista. Licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III, fundó en 2001 FIFA-Champions para organizar torneos internacionales online del popular videojuego de EA Sports. Desde 2003 trabaja en el desarrollo de esta web como plataforma de información deportiva, que ha llegado a tener su propia revista interactiva, radio online y foros con una comunidad de más de 10.000 miembros. Durante los últimos tres años ha trabajado en la sección de deportes del diario ABC

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