Dice Baresi que Kaká juega demasiado retrasado en el Real Madrid. No le falta razón. El brasileño vuelve mañana a San Siro con sensaciones contradictorias. El equipo vence pero no convence y sus actuaciones en el campo no están a la altura de lo que se debe esperar de él. Tampoco hay que precipitarse, Zidane necesitó un tiempo para adaptarse y luego se erigió como líder indiscutible del equipo, y de la Liga.
El sucesor de Zizou fue Ronaldinho, ahora en el Milan. El también brasileño está en una situación diametralmente opuesta a la de su compañero. El Milan parece estar remontando el vuelo y él parece volver a ser un reflejo del jugador que fue antaño. Su figura será, a la vista de casi todos, el mayor peligro para un Madrid que mañana necesita tirar de orgullo para recuperar una pequeña parte del desprestigio que ha acumulado durante más de un lustro en Europa.
Sin embargo, las apariencias engañan. Ronaldinho no le llega ni a la altura de los zapatos al futbolista que maravilló al mundo del fútbol con la camiseta del Barcelona. Le falta agilidad y le sobra kilos, aunque sigue teniendo fútbol. Su participación en la victoria del Bernabéu fue menor y, en gran medida, entró en juego por las facilidades de un Madrid que jugó a las órdenes de un Milan que no está al nivel de los grandes en Europa. Pueden responder, por calidad individual y por orgullo en un par de partidos, pero sus carencias en el calcio destapan las dificultades que tendrán los de Leonardo de llegar lejos.
El planteamiento de Pellegrini será decisivo en San Siro. De él y de los jugadores dependen que el equipo no caigan en los mismos errores que en el Bernabéu. El Madrid necesita ser rápido y no especular con el balón. Los italianos pueden aguantar media hora a un ritmo exigente, pero no un partido completo. La presencia de Kaká se antoja, por tanto, providencial. Si juega en su puesto, tal y como reclama Baresi, será un enganche perfecto para Higuaín y, sobre todo, para Karim Benzema, que actualmente está totalmente perdido en el esquema de juego merengue.
San Siro será la vendetta para el Real Madrid de Pellegrini, que ha suspendido los dos exámenes serios a los que se ha sometido hasta hoy. La táctica falló contra el Sevilla y el concepto provocó la derrota frente al Milan. Ya no hay excusas, toca comenzar a recuperar el crédito perdido durante temporadas mediocres en Europa.


