Los mejores derbis del planeta — 20 de febrero de 2015 | 17:35

Liverpool-Everton, el derbi de Merseyside

Un texto de

lvped

Liverpool es mucho más que los Beatles, un pequeño paraíso con vistas al mar que esconde mil tesoros y más de una sorpresa. Una ciudad de marcado pasado industrial y tradición obrera que presume de tener varias joyas arquitectónicas y un muelle con un encanto indiscutible. Un sitio de peregrinación para todo amante de la música por «The Cavern club», seguramente el pub más famoso del mundo. Y, además, Liverpool es un lugar increíble para vivir un derbi muy especial, conocidísima en todo el mundo la rivalidad entre los dos equipos de la ciudad.

«Si el Everton jugara en el jardín de mi casa correría las cortinas». La frase retrata al gran Bill Shankly, mítico entrenador del Liverpool, y de paso resume lo que significa el derbi del Merseyside que disputan Liverpool y Everton desde hace más de un siglo. El derbi por excelencia del fútbol inglés no se explica por los parámetros tradicionales porque no existe distinción de ninguna clase: ni geográfica, ni cultural, ni económica ni política. Elegir bando en Liverpool es una cuestión del corazón más que de la cabeza y, por eso, hay familias enteras divididas con padres «reds» e hijos «toffees» que acuden juntos a los estadios para vivir una rivalidad que no se encuentra en ninguna otra parte. Durante 363 días son buenos hermanos que se desean lo mejor. Pero los días de derbi no existen amigos ni familia: solo el deseo de ganar para que pierda el otro.

Hermanos y enemigos

r2rfdsfHoy parece imposible pero el Everton de principios del siglo pasado jugaba en el santuario de Anfield. Lo hizo como equipo pionero de la ciudad, fundado en 1878 para ofrecer un entretenimiento deportivo a los parroquianos de la iglesia metodista de Santo Domingo. Los primeros partidos de los «toffees» se jugaron en Stanley Park, pero el crecimiento del equipo llevó al Everton a instalarse en Anfield previo pago de un pequeño alquiler a una cervecera local que gestionaba John Orrell. La operación fue posible gracias a otro empresario local, John Houlding, que además era Alcalde Mayor de Liverpool, de ahí que saliese elegido presidente del Everton. Houlding, sin embargo, acabó siendo el primer enemigo del club debido a sus ansias de sacar tajada económica de aquel pasatiempo. Primero obligó a los jugadores a pasar por el hotel que poseía en Oakfield Road antes y después de cada partido, luego aumentó considerablemente la deuda financiera de la institución y en 1885 enfureció a sus compañeros al comprar el estadio de Anfield, ponerlo a su nombre y doblar el precio del alquiler a su querido Everton.

Los socios se amotinaron, indignados porque entendían que a Houlding solo le movía el interés por hacer dinero con el estadio y las propiedades que poseía a su alrededor, y dieron el portazo en Anfield. Buscaron un refugio nuevo para la entidad y lo encontraron una milla al norte, en Goodison Park. Mientras, Houlding se había quedado compuesto y sin estadio, por lo que decidió fundar un nuevo equipo que intentó denominar «Everton F.C. and Athletic Grounds Ltd», algo a lo que se negó la Federación Inglesa al entender que trataba de utilizar el nombre del club que se acaba de instalar al otro lado del Stanley Park por lo que en marzo de 1892 nacía definitivamente el Liverpool F.C.

A pesar de los turbulentos orígenes la rivalidad no fue nada violenta durante la primera mitad del siglo XX. Liverpool y Everton compartieron durante décadas la revista que se podía leer los días de partido y, de hecho, aquel duelo entre hermanos se ganó el título de «derbi amistoso» sin que hoy haya quedado claro qué fue lo que encendió la rivalidad. Seguramente tuvo que ver que durante los cincuenta y los sesenta el Everton pasó a ser considerado como un equipo católico por el fichaje de varios irlandeses mientras el Liverpool era percibido como un club protestante. Sin embargo, ambos siempre han compartido las raíces de la iglesia metodista de Santo Domingo.

Sin duda Shankly ayudó a que la rivalidad entre los dos bandos creciera gracias a sus continuas descalificaciones. «Esta ciudad tiene dos grandes equipos: el Liverpool y el equipo reserva del Liverpool», dijo una vez. Eran tiempos brillantes para ambos equipos, convertidos durante años en referencia del fútbol inglés. La gasolina le duró mucho más al Liverpool, que subió un escalón más en los setenta para mandar en Europa: en once años los «reds» sumaron ocho títulos de Liga, 3 Copas de Europa, 2 Copas de la UEFA y un puñado más de títulos domésticos. El club de Anfield cambió la narrativa para convertirse en el pez gordo de la ciudad.

La solidaridad por Hillsborough

Liverpool demostró que su derbi era especial a raíz del desastre de Hillsborough que horrorizó al mundo cuando 96 personas murieron como consecuencia de una avalancha humana y otras 766 resultaron heridas durante una semifinal entre el Liverpool y el Notthingham Forest en disputada Sheffield en 1989. La afición del Everton lloró desconsolada la muerte de sus hermanos, se vieron decenas de bufandas a las puertas de Anfield para honrar a las víctimas y los jugadores se pusieron el brazalete negro en señal de luto.

Los actos de homenaje se han prolongado todos estos años, especialmente porque la afición «toffee» jamás entendió que se culpara de aquella tragedia a sus familiares y amigos. Las investigaciones posteriores han concluido que las causas fueron el exceso de aforo y el mal estado del recinto, ni rastro de la primera versión oficial que apuntaba a los hinchas, acusados además de actuar violentamente bajo los efectos del alcohol, algo que era rotundamente falso . En 2012 una comisión de investigación independiente concluyó que la policía fue la verdadera responsable de la tragedia, lo que llevó al primer ministro David Cameron a pedir disculpas en la Cámara de los Comunes y el Everton poco después organizó un emotivo homenaje en Goodison Park antes de un partido contra el Newcastle en el que dos niños saltaron al campo unidos de la mano: una chica con la camiseta del Everton y el 9 a la espalda, un chico con la camiseta «red» y el 6 a la espalda; justicia para los 96 de Hillsborough. Esa imagen ha quedado inmortalizada para siempre en Goodison a principios de
2015 con una placa conmemorativa, reflejo del amor fraternal entre Liverpool y Everton, protagonistas de uno de los derbis más especiales del fútbol mundial.

cvc

 

Víctor Pérez

Víctor Pérez es periodista. Licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III, fundó en 2001 FIFA-Champions para organizar torneos internacionales online del popular videojuego de EA Sports. Desde 2003 trabaja en el desarrollo de esta web como plataforma de información deportiva, que ha llegado a tener su propia revista interactiva, radio online y foros con una comunidad de más de 10.000 miembros. Durante los últimos tres años ha trabajado en la sección de deportes del diario ABC

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