Fútbol Español — 4 de febrero de 2015 | 12:34

Bartomeu, el «caso Neymar» y el victimismo crónico del Barcelona

El presidente del Barcelona insinúa que una «mano negra» ha influido en su imputación por fraude fiscal derivada del fichaje de Neymar

Un texto de

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Acostumbra a vivir el Barcelona en medio del huracán, zarandeado hasta el extremo por mil elementos externos al fútbol en cualquier época del año. El fenómeno se reproduce irremediablemente desde hace décadas, lo que ha llevado a muchos a sostener que el club tiene el enemigo en casa o que tiende por naturaleza a la autodestrucción, complicadísimo descifrar la idiosincrasia culé. La grada es pesimista por naturaleza, sospecha de casi todo y desde el club se alimenta el sentimiento de víctima en medio de mil escándalos. El Barcelona se ha sentido perseguido en los últimos años por Liga, UEFA, FIFA y ahora por Hacienda tras la imputación por fraude fiscal que ha terminado por salpicar a su presidente Josep Maria Bartomeu.

La temporada vuelve a ser una cordillera alpina para el Barcelona, obligado a apagar mil fuegos en todos los frentes. Así ha sido durante las últimas décadas, solo apaciguadas las aguas durante el paréntesis de Guardiola que instaló una mentalidad ganadora durante una etapa extraordinaria que parece desvanecida hoy. La crisis de Anoeta del presente curso lo puso todo patas arriba, se llevó por delante a Zubizarreta y cuestionó más que nunca a su entrenador, Luis Enrique, en medio de una polémica con Leo Messi que por primera vez sintió la sospecha de la grada, señalado desde algunos sitios como caudillo del vestuario. Las zancadillas llegan desde el propio entorno en un club con una delicadísima situación en los despachos, castigado sin poder fichar hasta enero del año que viene por infringir la normativa en la inscripción de menores.

El baile de cifras

Ocho victorias consecutivas sobre el césped, incluido el triunfo en la Copa del Rey sobre el complicado Atlético de Simeone, habían llevado un mínimo de sosiego al Camp Nou. Se esfumaron incluso las críticas al entrenador porque Messi volvía a brillar y el ataque parece más compenetrado que nunca, con destellos constantes de Luis Suárez y Neymar. Por eso Bartomeu, obligado a primeros de año a convocar elecciones para «rebajar la tensión desproporcionada» del club, exhibiera estos días su cara más amable. La campaña electoral está en marcha y el actual presidente está en la carrera. Pero los truenos han vuelto a la casa azulgrana para terminar de empañar la imagen de su presidente, señalado por Hacienda porque los números del fichaje de Neymar no terminan de casar.

dfsdfLa Agencia Tributaria señala al Barcelona por presunto fraude fiscal, una práctica que según el fisco no cesó con la dimisión de Sandro Rosell, lo que ha arrastrado a Bartomeu, imputado este martes por Pablo Ruz, juez de la Audiencia Nacional, a petición de la fiscalía, por no declarar 2,84 millones de euros derivados de los pagos de varios contratos del futbolista. El presidente azulgrana deberá comparecer ante el magistrado el próximo 13 de febrero para responder a los presuntos delitos fiscales de los que se le acusa. El lío se remonta al traspaso del jugador brasileño: según hacienda asciende a 94,89 millones de euros, pero el club se niega a aceptar esa cifra. Primero se dijo que había costado 17,1 millones de euros, luego se ha elevado esa cifra hasta los 57,1 millones por el pago que fue a parar a la sociedad N&N (Neymar & Nadin, los padres del futbolista). «El precio del fichaje de Neymar sigue siendo el que dijimos, 57 millones. Lo volveríamos a hacer igual. Logramos traer a una estrella mundial a un precio bajo. Lo haríamos igual porque lo hicimos bien», justificaba este martes su presidente.

La factura independentista

La figura de la imputación se ha convertido en una línea roja para muchos de los que reclaman regeneración en la política nacional. Rosell dimitió un día después de que se admitiese a trámite la querella de Jordi Cases horas antes de ser imputado, pero la renuncia no está sobre la mesa de Bartomeu, desatado ante lo que considera una «mano negra» que actúa contra los intereses del Barça. «Algunos clubes querían a Neymar pagando incluso más dinero, no lo consiguieron. Y esto no ha gustado. Alguien ha traspasado una línea roja. No voy a decir que el Madrid está detrás de esto, pero el padre de Neymar dijo que tuvo dos ofertas: Barça y Madrid. El Madrid quiso fichar al jugador a precio superior al que pagamos nosotros», denunció en el programa «8 al día».

Bartomeu se envuelve incluso en la bandera nacionalista al asegurar que el Barcelona está pasando «una factura deportiva y política» al colaborar el equipo en varios procesos y manifestaciones políticas vinculadas al proceso independentista. Un victimismo que encuentra recorrido en la prensa más afín y que repite el mantra esgrimido a raíz de la sanción de la FIFA. «Todo lo que está pasando ni es casual, ni fortuito», dijo entonces el vicepresidente Javier Faus. Argumentos criticadísimos -con razón- cuando años atrás eran entonados en el pasado desde Madrid por Mourinho o Cristiano Ronaldo.

La imputación de Bartomeu es solo el último capítulo de una larga historia de conflictos jurídicos a los que se ha enfrentado el club y su entorno en los últimos años. Con el expresidente Núñez en prisión, el Barcelona lidia con un presunto caso de espionaje en el que está implicado el antiguo responsable de seguridad, la imputación de Leo Messi por fraude fiscal, el lío por el contrato de la fachada de la Masía, la sanción de la FIFA y este caso de Neymar que ha terminado por salpicar a media directiva. La tormenta que no cesa.

Víctor Pérez

Víctor Pérez es periodista. Licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III, fundó en 2001 FIFA-Champions para organizar torneos internacionales online del popular videojuego de EA Sports. Desde 2003 trabaja en el desarrollo de esta web como plataforma de información deportiva, que ha llegado a tener su propia revista interactiva, radio online y foros con una comunidad de más de 10.000 miembros. Durante los últimos tres años ha trabajado en la sección de deportes del diario ABC

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