El doctor Michael L. Lipton asegura que el mundo del fútbol «subestima» el riesgo a largo plazo que podrían suponer los repetidos golpes en la cabeza que sufren los futbolista durante años. Sus palabras se argumentan en el estudio que ha liderado durante meses y que refleja pequeños cambios en la materia blanca del cerebro en los jugadores que más rematan de cabeza.