Melilla y Eibar se perfilan como los grandes candidatos a mantener viva la llama de una Copa del Rey devualada por culpa de un formato que no seduce a casi nadie, al contrario de lo que sucede en otros países donde la Copa es un bien cuidado y protegido por todos.
La lucha entre David y Goliat es más desigual en España porque la Copa del Rey se juega a doble partido, lo que minimiza la capacidad de sorpresa de los equipos de inferior categoría. Hubo un tiempo en el que no fue así. Durante un lustro los grandes tuvieron que sudar en las primeras rondas porque se disputaban a partido único: así el Barça sucumbió ante humildes como Gramanet, Novelda y Figueras mientras el Real Madrid fue humillado por el Toledo en la temporada de 2000-01.
Solo se llenaron las gradas de los estadios de Alcoyano, Cacereño, Jaén, Alavés y Llagostera
Aquellas sorpresas, eso sí, se diluían ronda a ronda porque la clase media se interesó más por una Copa que parecía al alcance de cualquiera. Durante esos años llegaron a la final Zaragoza, Celta, Deportivo, Real Madrid, Mallorca, Recreativo, Betis, Osasuna y Español. El experimento acabó en 2006 en parte por las quejas de los grandes, que en ocasiones debían jugar en campos de césped artificial. El doble partido eliminó el factor sorpresa y durante los últimos años los finalistas han sido otros: Sevilla, Getafe, Valencia, Barcelona, Athletic, Atlético, Real Madrid y Barcelona.
La grada también se resiente con la vuelta al formato antiguo a la vista de los datos de la ida de los dieciseisavos de final, en línea con lo que sucede en una Liga monopolizada por los grandes. De los equipos de Primera que jugaron en casa solo el Sevilla fue capaz de superar los 20.000 espectadores, y en campos Gijón, Valladolid o Zaragoza apenas se reunieron 10.000 personas.
El miedo al cemento es todavía mayor de cara a los partidos de vuelta porque algunas eliminatorias parecen decididas. Y además se une el problema de los horarios al jugarse los partidos entre semana ya que, salvo sorpresa, los grandes volverán a jugar en horario de máxima audiencia.
El espejo de Inglaterra
La Copa del Rey también pierde en comparación con los torneos del resto de países europeos. En Inglaterra estos días se ha disputado laCopa de la Liga, a partido único, que ha dejado una remontada histórica del Arsenal, que pasó de perder 4-0 a ganar 5-7, y una emocionante prórroga entre el Chelsea y el Manchester United. Y eso que no es la copa por excelencia en el fútbol británico, territorio reservado para la FA Cup que disputan más de 700 equipos desde 1871 en un formato mixto: el equipo local se decide por sorteo y solo se juega el partido de vuelta si la ida acaba en empate.
En Francia el año pasado el país se enamoró del Quevilly, un equipo de Tercera División sin profesionales en la plantilla que se plantó en la final como hiciera el Calais (Cuarta división) una década atrás. Menos sorpresas suele dejar la «Coppa» en Italia en la que 78 equipos juegan a partido único hasta semifinales porque los 8 mejores de la Serie A acceden directamente a octavos.