Una hora antes del inicio del partido detectaba el problema: fallaban los focos de uno de los laterales del estadio de Vallecas. Varios operarios constataron entonces el acto vandálico. No era un fallo por culpa de la lluvia que había caído durante la tarde. La mitad de los cuadros eléctricos estaban destrozados, con los cables cortados como se puede comprobar en la imagen difundida por el propio club.