Champions League, Fútbol Internacional — 30 de abril de 2014 | 0:25

La madurez europea del Real Madrid

El Madrid aplasta al Bayern de Pep Guardiola con dos goles de Sergio Ramos y otros dos de Cristiano Ronaldo camino de Lisboa (0-4)

Un texto de

rmabyn

Doce años después el Real Madrid jugará una final de la Copa de Europa. El camino a la gloria para los blancos se iluminó por fin en Múnich, territorio comanche durante tanto tiempo, donde el Madrid se hizo gigante para aplastar y desangrar al Bayern (0-4), el mismo equipo que parecía invencible hace menos de un año. Tremendo el mérito de Carlo Ancelotti, un técnico discreto que ha reducido la crispación del equipo además de superar en la pizarra a Pep Guardiola. El Real Madrid más maduro sacó el billete a Lisboa con la cabeza del técnico italiano, el empuje de un central enorme como Sergio Ramos o la brillantez infinita de Cristiano Ronaldo, aunque por el camino se deja al mariscal Xabi Alonso, castigado por una amarilla que le privará de jugar el partido del 24 de mayo.

El espectacular ambiente del Allianz Arena hacía honor a lo que se esperaba de un partido entre los dos grandes de Europa, íntimamente enemistados desde hace años gracias a eliminatorias tan memorables como la de este curso. Las cábalas de Guardiola, el único en advertir un supuesto exceso de confianza en el Madrid, la evidente ansia por la revancha de los blancos o la errónea traducción de la metáfora de Rummenigge elevó la tensión antes del pitido inicial. Pero los partidos se juegan sobre el césped y ahí fue superior el Real Madrid de cabo a rabo, totalmente desdibujado un Bayern sorprendemente frágil en defensa y sin convicción para la remontada.

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Guardiola esperaba el autobús del Real Madrid, pero se encontró con un planteamiento valiente de Carlo Ancelotti. El italiano, por mucho perfil bajo que tenga, no es ningún novato en estas lides: en Lisboa jugará su cuarta final de la Champions, hito a la altura de grandes como Miguel Muñoz, Marcello Lippi o Sir Alex Ferguson. Carletto colocó una línea de presión avanzada que ahogó desde el minuto uno la circulación de balón del Bayern. El problema derivó en agujero enorme para los alemanes con Javi Martínez en el banquillo. Craso error de Guardiola, incapaz también de reaccionar ante la evidente ineficacia -palpable ya en el Bernabéu- del juego por fuera de Robben y Ribéry.

Nadie imaginó un partido tan plácido para el Real Madrid en Múnich. Ancelotti se aferró como un clavo ardiendo al contragolpe en el Bernabéu y estuvo a punto de quemarse, pero la solidez defensiva del equipo terminó por doblegar al cuadro alemán en la ida y aplastarlo en la vuelta. Todo ello sin rastro de la crispación innecesaria que ha acompañado al equipo en los últimos años, reflejo de la madurez de este Real Madrid que diseñó Mourinho precisamente para acabar con el Barça de Pep. El entrenador italiano, con más armas a su disposición que el portugués, ha mejorado notablemente el rendimiento defensivo del equipo a la vez que ha fortalecido la principal virtud de este equipo: la velocidad de vértigo en las transiciones entre defensa y ataque.

Un héroe con mayúsculas

El Bayern es un rival especial para cualquiera, pero quizás nadie tenía tantas ganas de brillar en esta eliminatoria como Sergio Ramos. El sevillano, probablemente el futbolista con más coraje de todo el vestuario, se quitó de encima un enorme peso de encima por fallar aquel penalti lanzado al cielo de Madrid hace dos años. Ramos se tomó su particular venganza con dos cabezazos en tres minutos que hirieron de muerte al equipo alemán. Bendito karma. Cuando los alemanes trataban de levantarse llegó el tercer zarpazo de la noche. Esta vez sí, al contragolpe. Y con el boche de un Cristiano Ronaldo sublime en esta Copa de Europa que cerraría la noche con su tanto número 16 en este curso europeo.

Entre la fuerza de Ramos y la habilidad de Cristiano Ronaldo se coló el resto del equipo. Sobresalientes los laterales, admirable la entrega una noche más de Gareth Bale y, muy especialmente, excelente el papel de los dos centrocampistas. Brutal el papel de Luka Modric y, un día más, el de Xabi Alonso, que puso la nota desafortunada en el partido con una entrada de la que ya se arrepentía incluso antes de escuchar el silbato del árbitro, consciente de que la tarjeta amarilla le vetará de estar en la fiesta de Lisboa. Una dolorosa ausencia que ya sufrió otro grande como Pavel Nedved en el 2004.

De vuelta al ruedo, el Bayern mejoró levemente en la segunda parte ya con Javi Martínez y Goetze, pero la tarea ya era imposible. La defensa del Real Madrid rozó la perfección y, por si fuera poco, detrás aguardaba un Íker Casillas que prácticamente ni se despeinó. El Bayern, finalista en tres de las últimas cuatro ediciones, jamás estuvo a la altura. Lloverán las críticas al estilo de Guardiola, pero los estilos no son buenos ni malos ni carentes de ética: son los caminos escogidos por los técnicos para llegar a los títulos, y la posesión fue la mejor compañera de Guardiola en su memorable etapa en el Barcelona en la que levantó todos los títulos posibles. De todas formas, esta eliminatoria alimenta el fuego interno de una parte del Bayern muy identificada con Beckenbauer, un histórico del club que todavía no se explica el cambio de rumbo al quitarse de en medio a Jupp Heynckes, artífice del triplete.

La superioridad del Real Madrid parece demostrar que Guardiola ha reducido más que elevado las capacidades de este Bayern que ahora tiene sentido único, grandes deficiencias en la defensa y nula capacidad de reacción. Pero el fútbol es fútbol que diría Boskov y el Bayern, como grande que es, volverá a levantarse. Igual que Guardiola. Mientras, el presente pasa por el Real Madrid más sólido de la última década que ya espera en Lisboa a Chelsea o Atlético de Madrid.

Víctor Pérez

Víctor Pérez es periodista. Licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III, fundó en 2001 FIFA-Champions para organizar torneos internacionales online del popular videojuego de EA Sports. Desde 2003 trabaja en el desarrollo de esta web como plataforma de información deportiva, que ha llegado a tener su propia revista interactiva, radio online y foros con una comunidad de más de 10.000 miembros. Durante los últimos tres años ha trabajado en la sección de deportes del diario ABC

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