Se había focalizado el encuentro entre londinenses y Liverpool como un duelo de nueves y de banquillos. Torres y Drogbá llegaban cómo los delanteros más en forma de los conjuntos Top, mientras que Carlo Ancelotti y Rafa Benítez iban a vivir la tercera parte de su particular guerra de guerrillas.
El técnico italiano comentó ayer que no se acordaba –o que no quería acordarse– de la debacle de su Milan en Estambul. Prefería el recuerdo de 2007, y desde hoy también guardará un rinconcito para este 4 de octubre. Valiéndose de un planteamiento muy eficiente en el centro el campo y de un Didier Drogba que vuelve a estar en uno de sus mejores momentos, hoy el Chelsea ha certificado su buen inicio superando con éxito su primer gran examen.
Ancelotti puede habernos presentado cual será su equipo tipo en los partidos de alto standing. Como hacía en la época gloriosa de su Milan, da cabida a todos los buenos en el once. Al ver la formación podríamos pensar que algunos de sus elementos pueden estorbarse, pero lejos de eso han formado una sociedad perfecta entre todas las líneas.
Essien, Ballack y Lampard son la esencia del centro del campo y han ejercido una labor táctica increíble para frenar cualquier atisbo del Liverpool de hacerse con el control del partido. Porque es ahí donde el conjunto de Benítez ha perdido el encuentro. Necesitan la recuperación de Aquilani como el comer y aunque se organizan bien en defensa, su plan de ataque es caótico e imprevisible. Sólo en la locura de los últimos minutos los reds han conseguido encerrar a su rival, que ha aceptado la invitación para sentenciar al contraataque.
Pero el partido ya estaba decidido y mucha culpa la tiene la nueva posición de Deco. Parece como si Ancelotti le hubiese prohibido iniciar el juego. Recordamos que con Luis Flipe Scolari el portugués cubría demasiado campo y pretendía un estilo de combinación que sus compañeros no podían seguir. Hoy Deco no ha recibido ningún balón por detrás de ¾ de cancha. Ha ejercido de punta de lanza con la delantera y de sus botas han llegado las jugadas más peligrosas.
El Liverpool ha planteado un duelo muy plano. Ha mejorado con respecto a la derrota europea de Florencia, pero aún le queda un pequeño salto para competir contra los grandes y salir victorioso. Además, Drogbá estaba inspirado. Lo lleva toda la temporada. No se parece en nada al jugador que la campaña anterior se pasó muchos meses en el dique seco y al final sólo decidía por empuje.
El punta marfileño vuelve a estar rápido, vuelve a tener desborde y sigue con una mordiente y ganas tremendas de ganar cada una de las pequeñas batallas que se le presentan en un partido. Anelka y Malouda han puesto el sello a los goles, pero ambos han nacido de acciones muy destacadas de Didier. Si sigue a este nivel no hay que descartar al Chelsea en ninguna competición. Drogbá y Torres, Ancelotti y Benítez, Chelsea y Liverpool. Hoy los blues han ganado todos los debates.
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