Actual segundo clasificado en la Serie A a siete puntos del líder Inter de Milán, con un registro de seis victorias consecutivas en Liga, con opciones en la Liga Europa y en la final de la Coppa de Italia.
La AS Roma vive un momento dulce que hace recordar la poderosa máquina de jugar fútbol que apasionó a muchos a principios del milenio. De aquel equipo sólo queda Totti, el “eterno capitán”. Desde entonces, el equipo ha tratado de encontrar una versión similar o incluso mejor de aquella que se alzó con el scudetto en 2001.
Diez años después el escenario es bueno, pero aún queda lejos de ser inmejorable. Los tropiezos iniciales del equipo y el dominio del Inter no dejan mucho margen para alcanzar algo palpable este año. Aún así, a los giallorossi este permitido soñar y si siguen en buena forma, todo es posible. Pero, ¿Estamos ante una buena racha o Ranieri ha logrado construir un bloque capaz de luchar por títulos?
En un momento de tan buena forma, muchos dirán que es posible que la Roma gane algún título, pero no hay que olvidar que a principios de temporada, la misma Roma era incapaz de marcar diferencias sobre el terreno de juego. Spalletti ya estaba ‘quemado’ en el banquillo, parecía no tener más capacidad para sacar más a los futbolistas, e hizo demasiados experimentos: antes de su cese, utilizó siete jugadores distintos en defensa en apenas seis partidos, en los que sólo repitió zaga en una ocasión.
Eso sí, en la Liga Europa la marcha del equipo era formidable tras dejar atrás al Gent y a los eslovenos del Kosice con 20 goles marcados en 4 partidos. Pero en la Serie A el equipo era una pesadilla. Las derrotas ante Genoa y Juventus, rivales directos, fueron decisivas. Spalletti acabó dimitiendo y la directiva romanista puso fin a una relación que nació en 2005. Su sustituto fue Ranieri, a quién Mourinho había descalificado cuando Claudio entrenaba a la Juventus al asegurar que sólo había ganado un trofeo menor en toda su carrera (una Supercopa).
Ranieri no quiso entrar en polémicas y se dedicó a concentrarse en el trabajo que tenía en casa, con su equipo. Empezó así con el pie derecho ganando en Siena, pero sufrió un traspiés en la Liga Europa ante el Basilea que dejó clara la prioridad del técnico: llegar lo más arriba posible en el Calcio. Tres victorias y dos empates dieron algo de aire al equipo para que se posicionara en la zona media de la tabla, pero a finales de octubre crecieron los problemas con la lesión de Totti y tres partidos perdidos consecutivos. Las alarmas volvían a sonar en Roma ¿Por qué un equipo que había demostrado solvencia volvía a caer tan estrepitosamente?
El pinchazo, quizás, le sirvió a Ranieri para apuntalar el equipo. La Roma necesitaba más solidez y astucia; ya no podía depender de la experiencia de Totti. Riise, Perrotta y Burdisso comenzaron a tener más minutos y se convirtieron en piezas importantes del equipo, sobre todo el jugador noruego, que se ha transformado con la llegada del técnico hasta el punto de ser una de las principales referencias.
La Roma encadenó dos victorias consecutivas antes de llegar al verdadero examen de Ranieri, el partido frente al Inter de Milan. Los de Mourinho se ‘escaparon vivos’ de una victoria merecida de la Roma, pero el partido finalizó en empate. Sin embargo, y a pesar de no lograr los tres puntos, el partido fue una fuente de motivación para los jugadores. Tras el empate ante el Inter, la Roma ganó en 10 de los siguientes 12 encuentros. El equipo fue muy regular; aprovechó la recuperación de Totti (desde la llegada de Ranieri, la Roma no ha perdido cuando ha jugado el capitán), la explosión de Riise o la importancia de la experiencia de Perrotta, Juan o Pizarro. A todo ello, se les sumó las alternativas en ataque (Menez más profundidad y Toni más robustez) y la figura de Marko Vucinic, que es un jugador que necesitaba sentirse clave y, sobre todo, los resultados positivos, que son la mejor motivación posible.
En los últimos tres meses la Roma ha ganado, entre otros, a la Juventus, Fiorentina, Udinese, Genoa, Palermo y Lazio. Todos ellos son rivales directos en la lucha por acceder a puestos europeos en la clasificación Algunos seguidores giallorossi temen la posibilidad de que las lesiones puedan atacar el plantel -que no ofrece las mismas soluciones que por ejemplo el Inter- como ya sucedió en el inicio de la temporada. Pero mientras el equipo siga respondiendo bien a las batallas que tiene, todo es posible para la Roma.
Por ahora, el equipo ha conseguido convencer a sus aficionados de que es posible ganar el scudetto, y sólo eso ya es una gran victoria para la Roma.