Fútbol Internacional, Opinión, Revista · Diario Digital — 27 de septiembre de 2009 | 23:23

El Villarreal se va de vacío de Riazor

Un texto de
Dani Navedo - Noche de fútbol en Riazor. Llegaba el “Submarino Amarillo” a la ciudad herculina en busca de tres puntos que le sacasen del pozo en el que se había metido después de tan solo dos empates en cuatro jornadas, pero enfrente estaría un Deportivo de la Coruña que, con la ayuda de los ajos, el agua bendita y las meigas, intentaría lograr su tercera victoria.


En el banquillo deportivista se quedarían hombres habituales del once inicial como Laure, Juan Rodríguez, Riki o el gran Valerón. Juca finalmente entraría en el equipo titular, pese a llegar con molestias a este choque. Por parte del Villarreal, cabe destacar la vuelta al terreno de juego de Marcos Senna, pilar fundamental en el medio campo del equipo castellonense.

Desde el inicio, las intenciones de los hombres de Lotina quedaron claras: “Quiero que quede claro desde el primer minuto que salimos a luchar cada balón”, había dicho Lotina en la horas previas al choque. Y así fue. Cada balón en el aire parecía el último para los jugadores del Deportivo. También cuando el esférico iba a ras de suelo, la intensidad de los locales era distinta. La presión del Deportivo era tan agobiante que el “Submarino Amarillo” en ningún momento llegó a estar cómodo a lo largo de la primera mitad y prácticamente no logró contactar con sus delanteros.

A los siete minutos, en la primera combinación buena del Deportivo entre Filipe y Guardado, llegaría una falta sobre el lateral blanquiazul que Juca se encargaría de ejecutar con precisión milimétrica. El medio centro italo-brasileño marcaría así su segundo tanto de falta de forma consecutiva, pues en el encuentro disputado entre semana frente al Xerez, ya se había encargado de abrir el marcador también en un lanzamiento a balón parado. Dato curioso, sobretodo teniendo en cuenta que el Dépor empezó la semana con el dato de que no había marcado en los últimos dos años de falta directa.


Era el Dépor el que dominaba la posesión y buscaba huecos con calma. El 4-4-2 de los locales funcionaba a la perfección y los laterales subían constantemente, prestando ayudas así a Guardado y Pablo Álvarez. Llegaría un contratiempo para los de Lotina, pues Juca se resentía de su lesión y tenía que retirarse para dar entrada a Antonio Tomás. Disfrutaría de alguna oportunidad más no demasiado clara el Deportivo, pero el resultado no se movería al descanso.

La segunda mitad sería completamente distinta y es que, como se suele decir, “una parte para cada uno”. Sin cambio táctico alguno, tan solo con un simple cambio de actitud, el “Submarino Amarillo” se vino arriba y encerró al conjunto blanquiazul en su campo. Al minuto de juego tras volver del vestuario, llegaría la más clara para el equipo de Valverde con un remate de cabeza por parte de Llorente que salvaría sobre la misma línea de gol Dani Aranzubía con una gran estirada. A continuación, varios disparos lejanos por parte de Senna y Cazorla que pondrían de nuevo a prueba al guardameta local, pero sin éxito.

El detalle curioso sucedería cuando corría la media hora de juego en los segundos cuarenta y cinco minutos. El árbitro le indicaría “tiempo” a Aranzubía. El guardameta tardó más de siete segundos en sacar y el colegiado señaló libre indirecto dentro del área, pero para fortuna de la afición de Riazor, la jugada acabaría en nada.


A partir de ahí los de Valverde cesaron su constante torpedeo y el Dépor podría salir de su campo comandado por Juan Carlos Valerón. En el último cuarto de hora las ocasiones más claras llegarían a la contra, pero ni Riki ni Guardado acertarían, pese a que el primero dispuso de un mano a mano frente a Diego López. Finalmente no se movería el 1-0 y el Deportivo de la Coruña se llevaría los tres puntos en un encuentro que el Villarreal no mereció perder.




Dani Navedo - Noche de fútbol en Riazor. Llegaba el “Submarino Amarillo” a la ciudad herculina en busca de tres puntos que le sacasen del pozo en el que se había metido después de tan solo dos empates en cuatro jornadas, pero enfrente estaría un Deportivo de la Coruña que, con la ayuda de los ajos, el agua bendita y las meigas, intentaría lograr su tercera victoria.


En el banquillo deportivista se quedarían hombres habituales del once inicial como Laure, Juan Rodríguez, Riki o el gran Valerón. Juca finalmente entraría en el equipo titular, pese a llegar con molestias a este choque. Por parte del Villarreal, cabe destacar la vuelta al terreno de juego de Marcos Senna, pilar fundamental en el medio campo del equipo castellonense.

Desde el inicio, las intenciones de los hombres de Lotina quedaron claras: “Quiero que quede claro desde el primer minuto que salimos a luchar cada balón”, había dicho Lotina en la horas previas al choque. Y así fue. Cada balón en el aire parecía el último para los jugadores del Deportivo. También cuando el esférico iba a ras de suelo, la intensidad de los locales era distinta. La presión del Deportivo era tan agobiante que el “Submarino Amarillo” en ningún momento llegó a estar cómodo a lo largo de la primera mitad y prácticamente no logró contactar con sus delanteros.

A los siete minutos, en la primera combinación buena del Deportivo entre Filipe y Guardado, llegaría una falta sobre el lateral blanquiazul que Juca se encargaría de ejecutar con precisión milimétrica. El medio centro italo-brasileño marcaría así su segundo tanto de falta de forma consecutiva, pues en el encuentro disputado entre semana frente al Xerez, ya se había encargado de abrir el marcador también en un lanzamiento a balón parado. Dato curioso, sobretodo teniendo en cuenta que el Dépor empezó la semana con el dato de que no había marcado en los últimos dos años de falta directa.


Era el Dépor el que dominaba la posesión y buscaba huecos con calma. El 4-4-2 de los locales funcionaba a la perfección y los laterales subían constantemente, prestando ayudas así a Guardado y Pablo Álvarez. Llegaría un contratiempo para los de Lotina, pues Juca se resentía de su lesión y tenía que retirarse para dar entrada a Antonio Tomás. Disfrutaría de alguna oportunidad más no demasiado clara el Deportivo, pero el resultado no se movería al descanso.

La segunda mitad sería completamente distinta y es que, como se suele decir, “una parte para cada uno”. Sin cambio táctico alguno, tan solo con un simple cambio de actitud, el “Submarino Amarillo” se vino arriba y encerró al conjunto blanquiazul en su campo. Al minuto de juego tras volver del vestuario, llegaría la más clara para el equipo de Valverde con un remate de cabeza por parte de Llorente que salvaría sobre la misma línea de gol Dani Aranzubía con una gran estirada. A continuación, varios disparos lejanos por parte de Senna y Cazorla que pondrían de nuevo a prueba al guardameta local, pero sin éxito.

El detalle curioso sucedería cuando corría la media hora de juego en los segundos cuarenta y cinco minutos. El árbitro le indicaría “tiempo” a Aranzubía. El guardameta tardó más de siete segundos en sacar y el colegiado señaló libre indirecto dentro del área, pero para fortuna de la afición de Riazor, la jugada acabaría en nada.


A partir de ahí los de Valverde cesaron su constante torpedeo y el Dépor podría salir de su campo comandado por Juan Carlos Valerón. En el último cuarto de hora las ocasiones más claras llegarían a la contra, pero ni Riki ni Guardado acertarían, pese a que el primero dispuso de un mano a mano frente a Diego López. Finalmente no se movería el 1-0 y el Deportivo de la Coruña se llevaría los tres puntos en un encuentro que el Villarreal no mereció perder.



Posted: 2009-09-27 23:23:00


Read Full Article
Print