
Javier de Prado
Estados Unidos será el rival de España en las semifinales de la Copa Confederaciones. Los norteamericanos necesitaban algo parecido a un milagro y lo consiguieron. Golearon a Egipto, campeones de África, y se beneficiaron de la victoria de Brasil sobre Italia.
Davis, Bradley y Dempsey fueron los héroes de un equipo que ha logrado la machada en esta Copa Confederaciones y consigue uno de los mayores éxitos de su historia futbolística.
Estábamos atentos al partido de Rustenburgo porque creíamos que el rival de España podía salir de allí. El problema es que nosotros esperábamos a Egipto o Italia y las cosas dieron un vuelco.
Empezó Shehata con una alineación atípica, seguramente debido a la baja de Zidan, en la que perdía el falso líbero de la defensa y lo añadía como delantero. Y Bob Bradley volvió a modificar su alineación buscando por fin el juego ofensivo desplegado en la Copa de Oro. Seguramente por eso, y porque Bradley por fin acertó, Egipto se vio abrumado por el arsenal ofensivo de los yankees en los primeros minutos.
Muchísimas jugadas en las que tuvo que intervenir el mítico portero Essam El-Hadary, que volvió a hacer un buen partido, para atajar los balones lanzados por los estadounidenses. Y justo cuando apretaba Egipto, el gol de Estados Unidos llegó, tras un descalabro defensivo que acabó con un disparo fortuito de Davies que rebotó en la cara del portero egipcio y terminó dentro de la portería.
A pesar de eso, Egipto estaba tranquilo porque aún estaban en semifinales después de la goleada que se estaba gestando en el Brasil-Italia. Tras el gol el partido se igualó, se vio la seguridad de Guzan en la portería (mejor que Howard de momento) y que EEUU no es nada del otro mundo defendiendo. Con chuts a travesaños y oportunidades desaprovechadas se llegó al descanso.
Muchísimas jugadas en las que tuvo que intervenir el mítico portero Essam El-Hadary, que volvió a hacer un buen partido, para atajar los balones lanzados por los estadounidenses. Y justo cuando apretaba Egipto, el gol de Estados Unidos llegó, tras un descalabro defensivo que acabó con un disparo fortuito de Davies que rebotó en la cara del portero egipcio y terminó dentro de la portería.
A pesar de eso, Egipto estaba tranquilo porque aún estaban en semifinales después de la goleada que se estaba gestando en el Brasil-Italia. Tras el gol el partido se igualó, se vio la seguridad de Guzan en la portería (mejor que Howard de momento) y que EEUU no es nada del otro mundo defendiendo. Con chuts a travesaños y oportunidades desaprovechadas se llegó al descanso.
Tras el descanso, Shehata metió a todo lo que tenía para el ataque. De hecho, agotó cambios en el minuto 62. Y el partido seguía igualado, con acercamientos de unos y otros, con contras bien llevadas de los yankees, y con el juego estático tan sorprendente de los faraones. Y en una de las contras manejada a la perfección, la pared entre Bradley y Donovan, los dos jugadores más talentosos de su selección, acabó con la llegada desde atrás del hijo del seleccionador y el gol correspondiente.
A partir de ahí, lo que antes del partido parecía una utopía ahora era una realidad, tan solo hacía falta un mísero gol. Pero los egipcios no lo iban a poner fácil y remataron y remataron haciendo que Guzan volviera a demostrar sus reflejos. Las cosas se ponían feas para los yankees y, después de un aviso de Dempsey, el mismo Clint metió el tercero, el de las semifinales. Spector envió un centro al área, Dempsey se peló con el central egipcio y se tiró al remate. La pelota entró y la locura se desató en las gradas donde estaban los yankees. A pesar de que muy poca gente confiaba en ellos, estaban en semifinales.
Aún así, hacía falta estar pendiente del otro partido, y de que Egipto no marcara. Y eso que los egipcios avisaron, y mucho, en los últimos minutos, con todos los jugadores atacando. Pero se llegó al final y Estados Unidos lo consiguió, se clasificó para las semifinales, con Dempsey como hombre del partido según la FIFA, pero todos los americanos saben que el mejor fue Landon Donovan, la leyenda viva del fútbol estadounidense.
A partir de ahí, lo que antes del partido parecía una utopía ahora era una realidad, tan solo hacía falta un mísero gol. Pero los egipcios no lo iban a poner fácil y remataron y remataron haciendo que Guzan volviera a demostrar sus reflejos. Las cosas se ponían feas para los yankees y, después de un aviso de Dempsey, el mismo Clint metió el tercero, el de las semifinales. Spector envió un centro al área, Dempsey se peló con el central egipcio y se tiró al remate. La pelota entró y la locura se desató en las gradas donde estaban los yankees. A pesar de que muy poca gente confiaba en ellos, estaban en semifinales.
Aún así, hacía falta estar pendiente del otro partido, y de que Egipto no marcara. Y eso que los egipcios avisaron, y mucho, en los últimos minutos, con todos los jugadores atacando. Pero se llegó al final y Estados Unidos lo consiguió, se clasificó para las semifinales, con Dempsey como hombre del partido según la FIFA, pero todos los americanos saben que el mejor fue Landon Donovan, la leyenda viva del fútbol estadounidense.
Alineaciones:
Egipto (4-3-1-2): El-Hadary, Farag, Gomaa, H. Said, Fathi (56' por A. Said), Rabbou, Shawky, Muhamadi, Aboutriaka, Eid (49' por A. Hassan), Abdelghani (61' por Zaki).
USA (4-4-2): Guzan, Spector, Onyewu, Demerit, Bornstein, Dempsey, Bradley, Clark, Donovan, Altidore (68' por Feilhaber), Davies (81' por Casey).