Fútbol Internacional — 6 de marzo de 2015 | 14:40

La agonía del Calcio

El drama del Parma, la debilidad económica de casi todos los equipos y la escasa afluencia de público a los estadios retratan un tiempo espantoso para el fútbol italiano

Un texto de

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Al fútbol durante los ochenta y buena parte de los noventa se soñaba en italiano porque su fútbol era el más potente de Europa. Allí jugaban cada fin de semana las grandes estrellas del balón, de Platini a Maradona, de Laudrup a Van Basten o de Baresi a Rijkaard. Tres décadas después el Calcio vive un presente espantoso porque las telarañas se multiplican en las vitrinas de los clubes, los aficionados han huido de los estadios y las cuentas salen en números rojos. La crisis económica amenaza con liquidar a los más débiles mientras los peces gordos sobreviven con lo puesto, imposible luchar así contra los equipos de Inglaterra, Alemania y España que se revuelcan entre millones de euros. 

La Juventus es el único equipo italiano que sigue con vida en la Champions League

El fútbol italiano solo ha logrado conquistar dos grandes títulos europeos en la última década, mientras Alemania se ha llevado cinco y España nada menos que nueve entre Champions y Europa League. Italia dejó hace tiempo de ser territorio comanche para los demás porque solo la Juventus resiste entre los más fuertes del continente, aunque un escalón por debajo de los verdaderos gigantes: la pasada temporada el equipo de Turín cayó con estrépito en la fase de grupos de la Liga de Campeones y la anterior fue vapuleado por el Bayern en cuartos de final.

La larga sequía del fútbol italiano se ha traducido ya en la pérdida de una plaza de Champions que ha ido a parar a la Bundesliga, un derrumbe histórico que se entiende con un simple vistazo al cuadro actual de la competición ya que a estas alturas la Juve es el único representante italiano entre los 16 mejores equipos de Europa, mientras Alemania mantiene a flote sus cuatro clubes, Inglaterra y España a tres cada uno e incluso la competición francesa mejora los números del Calcio con la clasificación de PSG y Mónaco. Las esperanzas a corto plazo pasan por la Europa League, donde cinco clubes italianos se han colado en los octavos de final.

 La quiebra del Parma

La falta de competitividad en Europa es solo un síntoma más de los problemas del Calcio, que estos días mira aterrado lo que sucede con un centenario como el Parma, el último que ganó para Italia la extinta Copa de la UEFA, refugio para mitos de la talla de Fabio Cannavaro, Gianluigi Buffon, Lilian Thuram, Gianfranco Zola, Faustino Asprilla o Hernán Crespo, que como técnico del filial explica la situación de penuria que vive el equipo. «No hay ni agua caliente, nos duchamos con agua fría y pagamos de nuestros bolsillos los desplazamientos en coches particulares cuando jugamos fuera de casa», ha explicado el argentino. 

El club ha cambiado cinco veces de manos en los últimos siete meses

El Parma cosechó ocho títulos en 11 años y sobrevivió en 2003 a la quiebra de su principal sustento, Parmalat. La situación hoy es mucho más angustiosa porque el club arrastra una deuda que supera los 70 millones de euros, debe 15 millones en nóminas, IRPF y otros impuestos. Parte de la plantilla ha emigrado y muchos de los que quedan llevan sin cobrar desde el pasado verano, la lavandería no recoge la ropa del equipo, no hay dinero siquiera para encender las luces del estadio e incluso se han llegado a subastar varios coches y aparatos del gimnasio del club. También se intentó vender el banquillo del vestuario del equipo, pero por ahora no ha aparecido ningún comprador.

Durante los últimos tiempos el Parma se articuló como una especie de huerto de futbolistas. El club contrataba a jóvenes promesas que eran cedidas a otros equipos con la esperanza de sacar plusvalías a medio plazo. Según cálculos del diario La Repubblica, en 2013 el Parma era responsable de las fichas de más de 300 jugadores profesionales, un gasto tremendo para un equipo que no ha conseguido colocar a ningún jugador en el mercado durante la última década por más de ocho millones de euros.

El resto de clubes de la Serie A no se fían del nuevo presidente del Parma

En los despachos la situación es caótica porque el Parma ha tenido cinco presidentes en los últimos siete meses, cada uno más pintoresco que el anterior. El penúltimo fue Rezart Taçi, un magnate albanés del petróleo, que compró el equipo a cambio de un euro y lo vendió quince días después sin conocer siquiera a los jugadores también por un euro a Giampietro Manenti, un emprendedor que prometió pagar las nóminas pero que todavía no ha puesto un euro sobre la mesa, de ahí que muchos duden de su palabra y e incluso de su supuesta fortuna. «¿Qué voy de farol? Quizás sí, quizás no», respondía Manenti estos días a la televisión italiana para elevar todavía más el hartazgo de una afición que ha colgado un cartel en la puerta del estadio Ennio Tardini en el que se puede leer «cerrado por robo».

Los problemas atacan al Parma por mil frentes. Sky, la televisión propietaria de los derechos de la retransmisión del fútbol italiano, se ha quejado en una carta enviada a la Liga por el aplazamiento sine die de los últimos dos encuentros del Parma, al que han pagado por adelantado, y exige que el equipo dispute sus partidos.  Y por si fuera poco el club está en el punto de mira de la Fiscalía Antimafia de Bolonia, que investiga a uno de los expresidentes -Tommaso Ghirardi- por quiebra fraudulenta.

A día de hoy la salvación para el Parma parece la declaración de quiebra el próximo 19 de marzo, algo a lo que se niega el actual presidente, lo que permitiría al club a volver a empezar desde la Serie B con el sustento de la Federación y la Liga. Los clubes abren la mano a posibles ayudas que permitan al jugar hasta final de temporada, en parte porque llevarle la contraria a Sky puede cercenar sus ingresos a corto y medio plazo, pero las gestiones están estancadas porque casi nadie se fía de Manenti.

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Un campeonato en números rojos

El dramático caso del Parma es el más urgente, pero la realidad del Calcio es asfixiante porque los números solo salen en rojo. El pasado ejercicio doce de los veinte equipos de la Serie A perdieron dinero. El Inter de Milán, un histórico de los grandes derroches e inversiones horribles volvió a las andadas y se apuntó el liderato con unas pérdidas que superaron los 100 millones de euros. Tampoco se salvaron Roma, Milán, Sampdoria o incluso Juventus, pese al dineral que se llevó por jugar la Champions League.

El Calcio debe casi 400 millones de euros a proveedores

Los números rojos no son novedad en el fútbol italiano, pero tradicionalmente la época de vacas flacas se solventaba con los billetes de los grandes propietarios -Moratti en el Inter, Berlusconi en el Milán, Agnelli en la Juventus- que en los últimos años han dado un paso atrás. La falta de dinero ha llevado a muchos a endeudarse con créditos avalados por los futuros de los contratos televisivos y los acuerdos de patrocinio, pero eso solo ha llevado a elevar el gasto por culpa de los intereses. El pasivo del fútbol italiano es una locura, de ahí que el Parma haya cambiado de manos a cambio de un euro o la Sampdoria lo haya hecho totalmente gratis.

Un reciente estudio de La Gazzetta dello Sport puntualiza, eso sí, que todos los equipos salvo el Parma llevan las nóminas al día, una cuestión importante porque la FIFA ahora castiga con pérdida de puntos a los equipos morosos. Sin embargo, las deudas con proveedores se han disparado hasta rozar los 400 millones de euros.

Silencio en las gradas

Los clubes italianos se han acostumbrado a vivir prácticamente en exclusiva del dinero de la televisión, que actualmente supone más de la mitad de sus ingresos en la mayoría de los casos, de ahí que las amenazas de Sky hagan temblar los cimientos de toda la Serie A. La internacionalización no ha terminado de cuajar, los patrocinadores invierten más en otras Ligas y, sobre todo, preocupa el éxodo de los aficionados, que han dejado desiertas las gradas.

Las peleas entre ultras y los enfrentamientos con la policía han vaciado las gradas

La ocupación media de los estadios del Calcio supera por los pelos el cincuenta por ciento, la peor con diferencia de las cinco grandes ligas europeas. Las instalaciones están demasiado anticuadas, no se han renovado desde el Mundial de 1990 porque en muchos casos no son propiedad de los clubes sino de instituciones públicas y ayudan muy poco tanto los casos de corrupción como los episodios de racismo y violencia tanto entre hinchas rivales como entre aficionados y policía tanto dentro como fuera de los estadios.

Hasta que no se erradiquen las peleas e insultos de los campos parece imposible que los patrocinadores vuelvan a dejar sus billetes en el Calcio, y algo muy parecido pasa con la gran mayoría de aficionados. El dinero proveniente de la taquillas italianas se ha desplomado hasta el punto de que, por ejemplo, el Chelsea multiplique por seis los ingresos de la Roma en este capítulo. «El fútbol italiano ha llegado a un puerto muerto y eso debería ser una preocupación para todos. Creo que todos nos debemos reunir para intentar cambiar las cosas. Y cuando digo todos me refiero a clubes, aficionados, medios de comunicación y todas las instituciones», resume el seleccionador nacional, Antonio Conte.

La referencia para todos parece la Juventus de Turín, que en apenas nueve años ha pasado de jugar -por sanción- en la Serie B a volver a aparecer entre los grandes de Europa. Y lo ha hecho en parte gracias a la construcción de un moderno estadio equipado con la última tecnología, que es propiedad íntegramente del equipo, y que tiene un ambiente precioso con una ocupación mayor que la de todos los estadios de la Liga española gracias a una política que ha apostado por devolver a las familias a los estadios. Ese modelo está en las bases de lo que preparan Udinese, Roma, Bolonia, Milan e incluso Inter, que estudia comprar San Siro para remodelarlo si finalmente la familia Berlusconi se aventura a construir uno propio.

Víctor Pérez

Víctor Pérez es periodista. Licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III, fundó en 2001 FIFA-Champions para organizar torneos internacionales online del popular videojuego de EA Sports. Desde 2003 trabaja en el desarrollo de esta web como plataforma de información deportiva, que ha llegado a tener su propia revista interactiva, radio online y foros con una comunidad de más de 10.000 miembros. Durante los últimos tres años ha trabajado en la sección de deportes del diario ABC

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