Fútbol Internacional, Opinión, Revista · Diario Digital — 7 de octubre de 2009 | 15:23

La vuelta de Cassano y la Sampdoria

Un texto de

Italia mira estos días a Génova con admiración. Sus dos equipos de la Serie A están entre los mejores de la Liga; el Genoa es sexto y la ‘Samp’ colidera la clasificación junto al Inter, máximo favorito. Parte de la culpa del éxito se debe a Fantantonio, que ha dejado atrás sus extravagancias para convertirse en uno futbolistas más en forma del mundo.

Sin embargo, el seleccionador de la azurra no cuenta con él. Marcello Lippi se resiste a llevarlo con la selección nacional y ha reconocido estar cansado de las preguntas sobre Antonio. Para muchos, el mejor futbolista italiano del momento.

“Cassano no es un futbolista de medias tintas ni mediocre. O es un 3 ó un 9″, escribió un dia Gianni Mura sobre él. El periodista italiano describía a la perfección a un futbolista lleno de talento, que desperdiciaba con su carácter dentro y fuera del campo. Así, Cassano perdió la ‘oportunidad de su vida en el Real Madrid’.

Pero Il talentino ha cambiado. Él mismo reconoce que no tenía la cabeza suficientemente amueblada cuando llegó a la liga española. Cassano volvió por la puerta de atrás a su país, concretamente a Génova para hacerse un hueco en la Sampdoria.

El histórico club italiano le ha cambiado la vida a Cassano, y es que la ‘Samp’ no es un equipo cualquiera. El club nace de dos escuelas deportivas genovesas enfrentadas durante años; la Ginnastica Sampierdarenese y la Società Andrea Doria. La primera estaba ubicada en un barrio obrero que se desarrolló industrialmente desde finales del siglo XIX. Por contra, la Società Andrea Doria era un club de las clases más altas de la ciudad.

Con la llegada de los ingleses, se crearon las secciones de fútbol en ambos clubes, que tuvieron que luchar contra el primer equipo de la ciudad. El Genoa, además de ser el principal equipo de Génova fue uno de los grandes de las primeras décadas del calcio. El conjunto grifoni logró sus 9 títulos ligueros entre 1898 y 1924. Durante el período fascistas la Ginnastica Sampierdarenes y la Andrea Doria se unieron entorno a la Associazione Calcio La Dominante. Tras la II Guerra Mundial se separaron, pero los problemas económicos obligaron a los dos equipos a unirse el 1 de agosto de 1946.

La Sampdoria fue un equipo de altibajos durante buena parte del siglo XX. Alternaban rachas en las que el equipo estaba entre los más fuertes con descensos a la Serie B. La historia cambió 1979, con la compra del equipo por parte de Paolo Mantovani. El equipo volvió a la Serie A en 1982 para escribir sus mayores éxitos en la historia.

Mantovani invirtió en el equipo y lo hizo para fichar a futbolistas con calidad y a jóvenes promesas que acabaron haciendo historia como Trevor Francis, Liam Brady, Roberto Mancini o Pietro Vierchowod. Con estos mimbres en 1984 Mantovani formó un equipo llamado a hacer historia: Bordon; Paganin, Renica; Pari F., Vierchowod, Pellegrini, Scanziani, Souness, Francis (Salsano), Mancini y el gran Gianluca Vialli. Ganaron la Copa italiana, el título que abrió el camino a los Blucerchiati.

Dos años más tarde el equipo subió otro peldaño con la llegada de Boskov (ese magnífico inventor de frases sobre el fútbol) al banquillo. Con él llegarían Víctor Muñoz, Amedeo Carboni, Toninho Cerezo o Gianluca Pagliuca. La Sampdoria ya era un equipo a respetar en Italia y en Europa tras llegar a la final de la Recopa de 1989 que ganó el Barça con goles de Julio Salinas y López Rekarte. Un año más tarde la Samp ganaría su primera -y única- Recopa de Europa al Anderlecht gracias a dos goles de Gianluca Vialli en la prórroga.

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La temporada siguiente (1990-91) significó el scudetto para la Sampdoria, único campeonato de Liga hasta el momento. Fue un campeonato memorable, con la decepción de la Juventus o el rápido ascenso de un Parma recién ascendido con Nevio Scala en el banquillo. La ‘Samp’ logró una victoria crucial en el Giuseppe Meazza en la 31ª jornada ante el Inter de Milan con goles de Dossena y Vialli, que se coronaria como máximo goleador de la Serie A. El otro gran momento de la historia de la Sampdoria llegaría en la temporada 1990-91, cuando el equipo alcanzó la final de la Champions League que se llevó el F.C.Barcelona con el histórico gol de Ronald Koeman.

Mantovani murió en 1993, y con él se desplomó la Sampdoria. Los futbolistas emigraron a otros equipos (Juventus, Inter, Lazio o Parma), desde Vialli hasta Roberto Mancini, que abandonó Génova en 1997. La ‘Samp’ descendió a la Serie B la temporada siguiente. Allí permaneció durante cuatro temporadas en las que el equipo tuvo que renovarse por dentro, y por fuera. Ricardo Garrone, fundador de la petrolífera ERG, se hizo con el mando del equipo.

Su llegada recordaba a la de Mantovani. Sus acertadas inversiones tanto en futbolistas como en entrenadores pronto lograron el ascenso a la Serie A y el equipo no tuvo problemas para mantenerse. En su temporada de regreso a la máxima competición lograron un octavo puesto y un año después terminaron quintos, estando muy cerca de lograr el billete para volver a jugar la Champions League. La Sampdoria se convirtió en un equipo puente para jugadores que comenzaban a despuntar. Walter Novellino, técnico de 2002 a 2007 tuvo gran parte de culpa del éxito blucerchiati.

En el 2006 se marcharon Tonetto, Aimo Diana o Castellini para dar paso a varios futbolistas entre los que se encontraba Fabio Quagliarella. La temporada estuvo marcada por los culebrones de Christian Vieri durante la pretemporada (firmó por la ‘Samp’ tras el Mundial de 2006 pero se marchó del equipo tras el segundo entrenamiento) y de Francesco Franchi, multado primero por apuestas ilegales y después sancionado por consumo de cocaína. Fue un año convulso que acabó con la marcha de Novellino al Torino y de Quagliarella, que incluso había debutado con la azurra, al Udinese.

Mazarri, ex entrenador del Livorno, se puso al frente del equipo y la Sampdoria hizo un par de apuestas arriesgadas. Logró la cesión de Vincenzo Montella, que volvía a la que había sido su casa diez años antes. Lo mismo sucedió con Claudio Belluci, delantero que volvía al equipo con el que debutó en la Serie A. Y con ellos llegó Fantantonio, dispuesto a hacer historia tras su paso por el Real Madrid. El equipo de Génova acabó el curso en sexta posición con el récord histórico de puntos y la vuelta a la selección de Cassano. La pasada temporada fue algo más agridulce en Génova. El equipo terminó en la decimotercera plaza, perdió la final de la Copa italiana frente a la Lazio y quedó eliminado en dieciseisavos de la Copa de la UEFA.

El equipo vuelve a apuntar alto por las últimas tres novedades del equipo. La primera, Luigi Delneri, acreditado técnico italiano al que muchos situaron al frente de la azurra. La segunda, Giampaolo Pazzini, delantero que llegó en enero de 2009 a Génova y ha logrado 14 goles en 24 partidos. Y, por último, Antonio no. El delantero ha madurado y es capaz de echarse a la espalda a todo un equipo que está peleando por el liderato con Inter de Milan y la Juventus de Turín.

Cassano y Pazzini lideran a un equipo que ha sorprendido a toda Italia. Il Talentino es la referencia y media Italia se pregunta si no debería ser llamado por Marcello Lippi para la selección absoluta. El técnico campeón del mundo reconoce estar cansado de tanta pregunta sobre Cassano, pero son inevitables. Fantantonio apunta a convertirse en la gran estrella del fútbol italiano que prometía ser a principios de esta década ¿Será capaz de hacerlo en un histórico como la Sampdoria?

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