Fútbol Internacional, Opinión — 5 de abril de 2007 | 0:00

Los Centros de Formación Deportivo-escolares

Un texto de

Nuestro reportaje de "Donde el Fútbol es un Deporte" ha tardado en llegar, pero como todo lo bueno, más vale tarde que nunca. Nos hemos marchado a África, más concretamente a Senegal, tierra de dunas y cuna de buenos futbolistas, para intentar descubrir cuál es el secreto para pulir a tantas promesas que posteriormente son exportadas a las grandes ligas europeas. Parece que en el trabajo que El Malick Sy lleva realizando en sus Centros de Formación Deportivo-escolares desde hace más de 15 años radica su éxito.

El Malick Sy fue un buen jugador de Senegal en los años 70 y principios de los 80, cuyo sueño fue el de jugar en Europa, pero las dificultades económicas y la situación de aislamiento que vivía Senegal en esa época hicieron imposible tanto que ojeadores europeos viajaran al país africano en busca de talentos como que los jugadores pudieran salir de su país para probar suerte en algún equipo europeo. A su retirada, su única obsesión se centró en que otras futuras promesas senegalesas sí pudieran realizar su sueño, y creó lo que se llaman los Centros de Formación Deportivo-escolares.

Al principio, como todos los proyectos que cuentan con más ilusión que recursos, El Malick Sy reunía a varios jóvenes que había recogido tras verlos jugar en la calle, y allí formó un equipo de fútbol. Al darse cuenta que la gran mayoría de esos niños no sabían ni leer ni escribir, todos sus esfuerzos se centraron en construir un centro donde los chicos pudieran recibir enseñanza escolar a la vez que jugaban al fútbol. Así se formó en 1992 la Escuela Aldo Gentina, que contó con la subvención del AS Monaco, gracias a los contactos que El Malick Sy conservaba de su época de futbolista. La escuela proporcionaba a los chicos educación, formación escolar, un equipo de fútbol y hasta una residencia, además de la posibilidad de ser llevados a probar con el Monaco gracias a la presencia trimestral de ojeadores del club francés que evaluarían los progresos de los jugadores de la escuela. Jugadores como Tony Sylva, Salif Diao y Moussa N'Diaye fueron algunos de estos afortunados que se hicieron internacionales y profesionales de alto nivel gracias a la iniciativa de El Malick Sy.
 
La escuela adquirió prestigio y multitud de jóvenes querían probar para conseguir una plaza en ella, por lo que El Malick Sy decidió fundar otra escuela debido a la gran demanda. El Colegio Africano de Deportes y Estudios fue su segundo proyecto. Las obras comenzaron en 1998, aunque por motivos burocráticos no pudo ser abierta hasta 2004. La Case, nombre con el que se conoce a esta institución, cuenta con capacidad para 250 alumnos, y tiene el objetivo de proporcionar una educación acompañada de la realización de múltiples deportes, pero centrada en el fútbol, y una vez más, centrada en proporcionar de jóvenes talentos africanos al Monaco. Pero la gran novedad de la escuela es la aceptación de alumnas al centro, aunque, lamentablemente, solo 15 chicas se encuentran matriculadas actualmente en la Case, así como la presencia en la escuela de jóvenes de otros países como Burkina Faso o Gambia.

Quizás gran parte del prestigio actual del fútbol senegalés se deba a la labor llevada a cabo por El Malick Sy, quien con su propia iniciativa intenta ayudar a los que más lo necesitan abriéndoles una puerta a lo que fue su pasión, el fútbol. Y la fortaleza de este fútbol puede seguir en aumento.