Fútbol Internacional — 25 de junio de 2009 | 15:45

Los errores de la selección española

Un texto de

 

Víctor Pérez

Más que un fracaso, una decepción. La selección española ha caído antes de tiempo en la Copa Confederaciones ante un rival inferior.

Los de Vicente del Bosque no han hecho mal campeonato pero sí que se han cometido algunos errores que han precipitado la eliminación.

Crónica del partido

España llegó a la Copa Confederaciones con la vitola de favorita, por delante incluso de Italia o Brasil. El mismo bloque que se llevó la Eurocopa en el 2008 y que mantenía una racha increíble de partidos sin perder sólo pensaba en llevarse el título a casa.

Pero los chicos de Vicente Del Bosque no llegaban en el mejor momento de forma al torneo. Tras una temporada larga, que se prolongó para muchos al llegar al disputar finales nacionales y continentales, los futbolistas necesitaban un descanso. Algunos, además, llegaron a Sudáfrica con molestias y con lesiones que han ido arrastrando durante el último tramo de Liga.

La motivación, en principio, no fue problema. Desde Casillas hasta Torres ninguno se quiso perder un minuto sobre el césped, querían jugar y ganar para demostrar que la selección española era, además de la mejor selección de Europa, la mejor del Mundo.

No hubo la rotación suficiente durante la primera fase. Se ganaron los tres partidos sin encajar un gol, pero hubiese sido preferible dar más descanso a futbolistas como Xavi, Fernando Torres o David Villa. Luis Aragonés lo hizo en el tercer partido de la Eurocopa para tener al grupo fresco de cara al partido de cuartos.

La selección, a pesar de ganar los tres primeros partidos, mostró síntomas de no estar tan fina como en la pasada Eurocopa. La posesión y las ocasiones eran rojas, pero a la hora de definir en el último instante lo cierto es que no se terminaba por acertar. El partido de Irak fue el mejor ejemplo; Milutinovic supo aguantar a España, que sólo marcó un tanto a un combinado muy inferior.

España pasó de pensar en Italia en un hipotético cruce de semifinales a hablar directamente de la final contra Brasil. Se celebró la clasificación de Estados Unidos, a la que se infravaloró. Parecía que la semifinal contra los norteamericanos estaba prácticamente solventada antes de jugar.

Si en la Eurocopa España se mentalizó a conciencia del cruce frente a Italia, contra Estados Unidos fue todo lo contrario. No ayudó tampoco la prensa, que se dedicó a especular con el enfrentamiento contra Brasil y, sobre todo, no paró de hablar sobre los rumores y fichajes que acabaron por hartar a futbolistas como David Villa.

Tampoco hubo suficiente estudio sobre la selección estadounidense. Han ido de menos a más en el torneo; salieron atenazados ante Brasil y perdieron, a Italia la pusieron en apuros con un jugador menos y supieron golear a Egipto en el partido crucial de la primera fase.

Su estado de forma era el óptimo, sus jugadores llegaban más descansados y, la mayoría, a mitad de temporada. Por eso han ido creciendo en el torneo, han tomado confianza y, tras el partido contra Brasil, han eliminado sus nervios por jugar contra selecciones técnicamente mejores.

El cuerpo técnico estadounidense hizo un trabajo sensacional de preparación del partido. Estudiaron a España e intentaron aprovecharse de sus debilidades. Desde el comienzo del partido presionaron a Ramos, que fue incapaz de dar salida del balón desde atrás, lo que obligó a retrasar su posición a Xabi Alonso.

Estados Unidos jugó siempre con balones a la espalda de la zaga española, sobre todo a la espalda de Puyol, que aguantó el tipo como pudo. Los balones largos en diagonal también fueron tónica habitual, algo que se podría haber evitado haciendo más presión. Pero no hubo intención, o suficiente fuerza física para hacerlo.

Ese fue uno de los mayores pecados de la selección, otro fue dar libertad a su mejor jugador, Landon Donovan. Intentó de sacar del partido a los españoles y, con el balón en los pies, fue el motor de las contras americanas. No fue nada sorprendente ya que es, de largo, el mejor jugador estadounidense. De sus botas nació el segundo gol, con fallo incluido de media zaga española.

Los errores y la falta de acierto sacaron del partido a España. Esa escasez de forma física provocó decenas de errores en los pases, controles y disparos de futbolistas como Xavi o Fernando Torres, algo poco común en su juego. Tampoco hubo muchas alternativas. Del Bosque fue fiel a su estilo y retrasó bastante los cambios, que tampoco revolucionaron mucho el partido. Se la jugó con los mejores, pero le salió mal.

La suerte, quizás, pudo hacernos un pequeño favor para lograr empatar el encuentro. España mereció, al menos, marcar algún tanto. Pero la selección de Estados Unidos defendió a la perfección y supo sacarle los colores a la selección española, que se las prometía muy felices. El Mundial, esperemos, será otra cosa. 

 

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