El océano de millones en el que nada la Premier League es más profundo que nunca gracias al dineral del nuevo contrato televisivo, la envidia del continente porque ninguna Liga puede acercarse a unos números de vértigo que golpean el delicado equilibrio de fuerzas del fútbol europeo. La millonada que abonarán Sky y BT Sport augura un prometedor futuro para todos los equipos británicos ya que dispondrán de recursos imposibles para sus vecinos de Alemania, Italia, Francia o España.
La mitad de los partidos de la Premier League no se retransmiten por televisión
La Premier League cotiza al alza para las televisiones. Sky y BT Sport van a pagar nada menos que 5.193 millones de libras (alrededor de 6.925 millones de euros) a la liga inglesa por los derechos de retransmisión de tres temporadas a contar desde la 2016-17, cifras de vértigo que han desbordado las expectativas de toda la industria al mejorar el anterior contrato en casi un 70 por ciento. Las operadoras abonarán 2.300 millones de euros al año por mostrar en televisión 168 partidos, catorce más que antes pero todavía lejísimos de los 380 encuentros que se disputan cada temporada: más de la mitad de los partidos solo se pueden ver en directo en el estadio, algo inaudito en España, donde se emiten todos los enfrentamientos desde hace años.
Los aficionados reclaman la bajada del precio de las entradas, al menos para el público visitante
La inmensa mayoría de los equipos juega con los estadios repletos, por encima del 90 por ciento de su capacidad, mientras que en España solo Real Madrid y Atlético de Madrid alcanzan de media el 85 por ciento de su aforo, impensable encontrar en la Premier League estampas como las de Getafe o Cornellá con más butacas vacías que espectadores. El público siempre está ahí, a las duras y a las maduras, pese a que muchos se quejan con razón del altísimo precio de las entradas. Un estudio del diario The Guardian reveló que los abonos más baratos de la Premier League cuestan más del doble que el de cualquier otro equipo de Europa. Ir al fútbol se ha convertido en un lujo para los ingleses: las entradas más baratas para ver un partido cuestan de media 35 euros mientras que en la Bundesliga se encuentran billetes desde los 12 euros para casi cualquier partido.
El nuevo contrato implica el aumento de franjas horarias; la Premier se apunta al modelo español
Partidos viernes y lunes
En cualquier caso, la importancia de la taquilla pierde peso a una velocidad increíble a medida que crecen los ingresos por las televisiones. Tradicionalmente las entradas suponían un tercio de los ingresos del club, pero para equipos como el Chelsea ese concepto apenas supone un quinto del dinero que gana cada temporada. De ahí el temor a que los clubes dejen de escuchar a los aficionados para seguir los dictados de las operadoras de televisión, algo que ha sucedido en buena medida en España. De entrada, el nuevo contrato de la Premier League modificará los horarios de las jornadas, introduciendo partidos viernes y lunes noche, una medida con escaso éxito en La Liga española.
A cambio de esa concesión los clubes recibirán una lluvia de millones sin precedentes, desde los más potentes a los más humildes gracias al sistema centralizado de venta de derechos que se mira con envidia desde España. Allí todos asumen que ese es el modelo adecuada porque ayuda a crear una competición competitiva que se vende mejor en casa y fuera. Solo el Liverpool, a través de John W. Henry -dueño también de los Boston Red Sox- alzó la voz hace unos años, pero sus quejas apenas tuvieron recorrido, ni siquiera entre otros grandes como el Manchester United, que podría embolsarse más del doble de dinero si vendiera sus derechos por separado como hacen Real Madrid o Barcelona. El reparto, además, es mucho más equilibrado porque la Premier League reparte la mitad de la tarta en porciones idénticas. Todos tienen una base considerable que se complementa según los resultados deportivos -un 25 por ciento del total- y de acuerdo también al número de partidos que sean retransmitidos -otro 25 por ciento-, de forma que según los primeros cálculos el último clasificado a final de la temporada percibirá más de 130 millones de euros; mucho más que el campeón de Alemania, Italia, Francia y a un palmo de distancia de lo que perciben ahora mismo Real Madrid y Barcelona.
«La Premier League es una historia de éxito y este contrato demuestra que el interés en la competición es más grande que nunca. Es vital que este acuerdo traiga beneficios tanto a los equipos situados en la base de la pirámide del fútbol como al deporte base a través de una mayor inversión en instalaciones, además de beneficiar a los aficionados, que son los cimientos de los equipos. Y también es imprescindible que los clubes sean gestionados de una forma responsable y sostenible», explicaba tras conocerse el acuerdo Helen Grant, ministra de Deportes. Desde hace tiempo los hinchas ingleses reclaman que los clubes miren más hacia la grada, como sucede en Alemania, y se han organizado alrededor de una Federación de aficionados (FSF) que suma más de 180.000 afiliados y lleva años pidiendo que los equipos vendan las entradas para el público visitante como máximo a 20 libras. «Quizás deberían venderse por debajo de esa cifra», reflexionaba su presidente, Malcolm Clarke, al conocer los detalles del nuevo contrato.
La Premier League lleva la delantera en la batalla por los mercados emergentes
Interés en todo el mundo
A los casi 7.000 millones de euros pagados por Sky y BT Sport habrá que sumar lo que la Premier League saque de la venta de derechos en otros países, una partida que no ha dejado de crecer en los últimos tiempos: en el último ciclo (2013-2016) el fútbol inglés ingresó 2.700 millones de euros y todos los analistas apuntan a que esa cifra aumentará considerablemente. La Premier League lleva más de dos décadas exportando fútbol a Asia y recoge frutos mientras otras intentan sembrar semillas. Los horarios de los partidos acompañan porque se juegan en «prime time» para varios países asiáticos -los partidos más interesantes de la Liga suelen disputarse durante la madrugada- y parecen abrirse paso por fin en Estados Unidos, la eterna esperanza para muchos, donde los partidos se juegan por la mañana, lo que evita que compitan directamente por la audiencia de otras grandes ligas como MLB, NBA o, sobre todo, la NFL de fútbol americano que se mueve en unos números impresionantes. NBC, Fox y probablemente Bein Sports -filial de Al Jazeera- lucharán por los derechos en Estados Unidos, lo que seguro elevará el actual contrato que reporta 85 millones al año.
En tiempos del Fair Play económico impuesto por Platini los equipos ingleses demuestran un músculo económico envidiable, con los 20 clubes de la Premier League entre los más ricos del fútbol mundial según datos de la consultora Deloitte. El gran misterio consiste en descubrir en qué se gastarán el dinero los equipos. Algunos tienen ya en marcha proyectos para aumentar la capacidad de sus estadios -entre ellos Anfield y Etihad Stadium- pero la mayoría de las miradas apuntan a que la importación de estrellas podría verse incrementada considerablemente, igual que los sueldos de los futbolistas. Dinero llama a dinero.
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