Fútbol Internacional — 25 de noviembre de 2013 | 14:15

Milan, más que una crisis

Un texto de

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Treinta años después los peores fantasmas vuelven a San Siro, enfrascado el Milan de las siete Copas de Europa en una enorme crisis que empeora cada semana mientras el equipo se acerca peligrosamente a los puestos de descenso, con un entrenador en el alambre y una lucha de poderes institucional que intenta frenar como puede Silvio Berlusconi, condenado a un año de prisión por fraude fiscal. La triste realidad del Milan, hundido en la clasificación a solo cuatro puntos de los puestos de descenso.

El peor otoño del Milan en tres décadas devuelve el infausto recuerdo de una temporada maldita que terminó en el último descenso de la historia del club a la Serie B. Sucedió en 1982, cuatro años antes de que Silvio Berlusconi aterrizase en San Siro en un helicóptero a ritmo de la cabalgata de las Valkirias. Antes de Il Cavaliere el Milan ya era un grande de Italia, con diez títulos de Liga y dos Copas de Europa.

El último descenso

Pero aquel equipo de principios de los ochenta sufrió, salpicado el club por el Totonero -quiniela negra-, un enorme escándalo de corrupción en el que jugadores, entrenadores y directivos manipulaban los partidos para ganar dinero con las apuestas clandestinas. El Milán acabó la temporada 1979-80 en tercera posición, pero esa trama de fraude envió al equipo a la Serie B einhabilitó de por vida al por entonces presidente Felice Colombo, iniciando el lustro más duro de la historia rossonera.

El equipo logró el ascenso por la vía rápida y se plantó en el verano de 1981 de nuevo en la Serie A con un nuevo proyecto, liderado en el banquillo por el exjugador Luigi Radice y con algunos jugadores notables en la plantilla, como Roberto Antonelli, Joe Jordan (fichado del Manchester United), Mauro Tassotti y, sobre todo, un joven Franco Baresi. La temporada comienza con un traspié ante el Verona en la antigua Coppa Italia, donde los equipos se jugaban el pase a octavos en una liguilla. El equipo lava su imagen en los dos partidos siguientes pero deja empatarse ante el Inter de Milán en el último encuentro y dice adiós a las primeras de cambio.

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Los tres primeros partidos de Liga dibujan un panorama esperanzador para el equipo, que suma cuatro puntos de seis posibles. Pero llega el otoño y se multiplican los problemas, especialmente con el virus que ataca a Franco Baresi para dejarle fuera de combate durante cuatro meses. El Milan marca dos goles en nueve partidos y es incapaz de ganar un solo partido en lo que resta de año, provocando una situación insostenible tanto en el banquillo como en la presidencia, igual que en 2013, con la feroz lucha de poder entre Adriano Galliani, mano derecha de Berlusconi y su propia hija, Bárbara.

Gaetano Morazzoni abandona la presidencia del Milan el 18 de enero 1982. Su lugar lo ocupa Giuseppe Farina, que aguanta a Radice en el banquillo apenas cuatro días. La derrota ante el Udinese en casa precipita los cambios y se presenta como nuevo entrenador a Italo Galbiati, un hombre de la casa incapaz de frenar la sangría de puntos. El Milan se hunde con las derrotas ante Juventus, Inter, Catanzaro y Como. La amenaza del descenso aprieta y el club parece reaccionar a cinco jornadas del final del campeonato con un gol de penalti de Franco Baresi, por fin recuperado. Cinco puntos en tres jornadas -dos victorias y un empate- dan esperanzas a la afición, que se lleva un varapalo enorme con el empate sin goles ante el Torino en San Siro.

El milagro de la última jornada pasaba por ganar al Cesena y esperar una carambola que jamás se produjo. El Milan acabó antepenúltimo, marcando apenas 21 goles en 30 partidos, sellando el último descenso de su historia a la Serie B. Luego llegarían los Maldini, Rossi, y compañía para devolver el club a la elite, con Berlusconi en el sillón presidencial. Treinta años después la situación se dibuja tan complicada como entonces, agitados todos los sectores de un club lastrado por una débil situación financiera que le ha llevado a desprenderse de algunos de sus mejores futbolistas.

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Tensión en San Siro

El empate del sábado ante el Génova desató el caos en San Siro, encendida la grada por la falta de reacción de la plantilla, incluidas amenazas de los más radicales. «Si no sudáis sangre, empezad a tener miedo», rezaba una pancarta. «Nos vemos fuera del vestuario», avisaba otra. «De los años dorados del gran Milan, a los años de los Zapata y Constant», apuntillaba otra. El pitido final aumentó todavía más el enfado generalizado. Cerca de 400 ultras fueron a buscar a los jugadores a la salida del vestuario entre cánticos de «vergüenza» o «sois un equipo de mierda». Ballotelli quiso salir a hablar con los hinchas, pero según La Gazzetta dello Sport la policía lo desaconsejó. Finalmente fueron Abbiati -el más veterano- y Kaká -la gran estrella- los que salieron a dialogar para rebajar la tensión.

allegriLas palabras del brasileño, que parece el único jugador de la plantilla respetado por la grada, calmaron la situación, que, eso sí, podría empeorar si el Milan pincha esta semana ante el Celtic de Glasgow en la Champions League. «Por supuesto que no voy a dimitir», exclamó en rueda de prensa el entrenador Massimiliano Allegri, confirmado por enésima vez después de una conversación telefónica entre Berlusconi y Galliani. Pasadas las cinco de la madrugada el conflicto se complicaba todavía más con un mensaje en Twitter de Mario Balotelli. «Esto es el final», escribió. Seis horas después su mensaje era bien distinto. «Forza Milan por siempre».

 

De fondo, la decadencia de un Milan venido a menos dentro y fuera del campo, desaparecido de las listas de favoritos para los títulos tanto en Europa como en Italia, con graves problemas en los despachos. Ya no es el mero pulso por el poder de Bárbara Berlusconi y Adriano Galliani, sino la crisis de una marca que ha dejado de luchar contra los grandes de Europa hasta el punto de que el club se ha visto obligado a suspender una visita a Dubái programada para el 2 de enero por la incapacidad de encontrar un rival para jugar un partido amistoso, con lo que eso significa para los patrocinadores. El otoño más amargo del Milan en treinta años.

Víctor Pérez

Víctor Pérez es periodista. Licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III, fundó en 2001 FIFA-Champions para organizar torneos internacionales online del popular videojuego de EA Sports. Desde 2003 trabaja en el desarrollo de esta web como plataforma de información deportiva, que ha llegado a tener su propia revista interactiva, radio online y foros con una comunidad de más de 10.000 miembros. Durante los últimos tres años ha trabajado en la sección de deportes del diario ABC

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