
El único equipo que, hasta ahora, no había cedido ni un punto ha empatado en Génova. La Juventus de Ciro Ferrara queda emparajada con el Inter de Milan a la cabeza de la tabla, pero los de Mourinho por delante por mejor diferencia de goles.
Comenzó bien el partido para la Juve. Iaquinta adelantaba al equipo bianconero nada más comenzar a pesar de la gran presión que impusieron los locales.
No en vano, el Genoa marcha cuarta a sólo tres puntos de la cabeza.
Ferrara apostó por una Vecchia Signora más musculosa que creativa. Con Diego y Alex Del Piero aún no recuperados de sus lesiones, ‘Ciro’ dejó en el banquillo a Trezeguet y Giovinco. Quería un equipo rocoso.
La idea cuajó, ya que el Genoa apenas inquieto la portería de Buffon… hasta que llegó el empate. Un centro al área que remató a la red Mesto en un fallo defensivo de los de Turín.
Tras el descanso entró Hernán Crespo en el Genoa. Su papel iba a ser de protagonista y desde antes del pitido ya parecía estar concentrado intentando explicar al español Zapater su juego.
No iba a ser el español sino Sculli quien centrara el balón para el cabezazo de Crespo que supondría el 2-1 en el marcador. Los de Génova daban la vuelta y se veían con opciones de llevarse los tres puntos.
Intentó reaccionar tímidamente la Juventus. Ferrara sacó del campo a Iaquinta y Amauri para poner a Trezeguet y Giovinco sobre el césped. Sin embargo, unas veces la mala fortuna y otras veces el árbitro -anuló dos goles- impidieron el empate.
Hasta que llegó otro testarazo. Esta vez fue Trezeguet, que remató sobre la línea de gol una falta en la que se durmió la defensa local, y entró media Juventus al área pequeña para, primero tocarla de cabeza, y cabecear a gol por medio de ‘Trezegol’.
El encuentro se rompió en los últimos minutos. Lo intentó la Juve con garra y el Genoa pudo marcar con cabeza a la contra, pero el marcador no se movió más. La Juventus tendrá que pelear ahora con el Inter por la cabeza de la Liga.