
Pol Gustems • Blog órbita gustems
Fernando Torres dio la victoria al Liverpool ante el Chelsea con dos goles en los últimos minutos del partido (2-0). La expulsión injusta de Frank Lampard marcó un punto de inflexión en el encuentro, a partir del cual el Liverpool se sintió más cómodo y encontró más espacios.
Sin embargo, ninguno de los dos aspirantes de coger al United dio muestras de estar a su nivel. El equipo de Ferguson volvió a ganar ayer contra el Everton con un tanto de penalti de Cristiano Ronaldo.
Récord de bostezos en una primera mitad para olvidar. El Chelsea estuvo bien plantado atrás, pero resultó nulo en la salida del balón. El conjunto de Scolari no trenó jugadas, no sacó el balón de la zaga y apenas inquietó la meta rival. Tan sólo los balones parados en forma de tiros libres y córneres podían hacer temer a Benítez de un cabezazo estilo Cahill. De todos modos, el Liverpool también se estancó bastante pese a tener alguna ocasión más. Ambos conjuntos formaron con sus onces de gala – salvo la inclusión de Malouda por Joe Cole – pero el resultado en el juego fueron interrupciones constantes e imprecisiones alarmantes.
Seguía la misma tónica de cero sucesos la segunda mitad, hasta que Mike Riley – él no quería – lo cambió. El colegiado inglés expulsó injustamente a Frank Lampard por una entrada sobre Xabi Alonso en la que tocó balón. Precisamente, con más espacios en la medular, el donostiarra tomó el control del partido. Xabi movió los hilos para que Gerrard y Benayoun – que entró por un desafortunado Albert Riera – generaran las ocasiones más peligrosas. En cuanto al Chelsea, Scolari dio entrada a la dupla de la controversia: Deco – Drogbá, que apenas intervinieron en el juego. Es frustrante la manía persecutoria por cambiar rápidamente a Anelka cuando las cosas no funcionan. Deberíamos recordar que sigue siendo el pichichi de la Premier, goles luz de sus perseguidores.
Punto final que pintó Fernando Torres. Anticipándose a la pareja de centrales – Alex – Terry, que habían estado brillantes durante todo el encuentro – buscó el primer palo para cabecear a placer y convencer de que con sus goles el Liverpool puede aspirar al título. Se empeñó en demostrarlo con el segundo gol, pero fueron dos mirajes en forma de tres puntos. Las sensaciones están muy lejos aún de un United que volvió a ganar en la jornada de ayer.
Una de las preocupaciones más importantes que debería considerar Scolari es la falta de implicación o falta de gana de triunfo de su conjunto. Hace dos años, si al Chelsea le expulsaban a un jugador en un partido de tal calibre, se armaba la mundial. Hoy, Lampard no protestó, Mikel dijo con el dedo que no y sólo a Terry pareció importarle quedarse con uno menos. El yate naufraga y la plantilla es corta y dividida. Y por último, seguimos entrando al trapo con Steven Gerrard. Uno se cansa de que le consideren ejemplo y que demuestre no serlo en tantas ocasiones. No es el vídeo del youtube con las caídas libres, tampoco la obra teatral contra el Atlético ni por sus aferes en los bares. Es una voluntad constante de engaño para beneficio. Hoy, amonestado por hacer de la frontal del área una piscina de Marina d'Or.