Cuarenta años después Alemania vuelve a ilusionarse con otro Müller, inspiradísimo el joven Thomas en el debut de una «Mannschaft» que mete miedo desde el minuto uno del Mundial de Brasil 2014 ante una insulsa Portugal, minimizada por el discreto papel de Cristiano Ronaldo, lastrada por la expulsión de Pepe y obligada como España a la épica para llegar a los octavos de final. La remozada Alemania de Low fue superior en todas las líneas, a veces letal y siempre elegante, con mil argumentos para la reconquista de un Mundial que no saborea desde 1974, desde aquel gol de Gerd Müller en el Olímpico de Múnich.
El otro Müller, Thomas Müller, resume el espíritu de la nueva Alemania, alejadísima de su discurso clásico de juego directo y, a la vez, más cerca que nunca de volver a gobernar el fútbol. Gerd «Torpedo» Müller fue un mito para Alemania, un depredador instalado en el área que llegó a los 68 goles con la camiseta de la selección. Héroe en la imborrable final del 74 contra la Holanda de Cruyff, todavía es el segundo máximo goleador absoluto de la historia de los Mundiales con 14 dianas, solo superado por el brasileño Ronaldo. La comparación con Thomas Müller, 24 años, es imposible porque, para empezar, el nuevo Müller no es delantero. «Prefiero jugar por la banda derecha», confesaba en una conversación con Kicker horas antes de estrenarse en Brasil.
Puede que no sea un nueve tradicional, un ariete, pero resulta igual de temible para las defensas rivales. Joachim Low ha encontrado en Thomas al mejor falso nueve posible, una bendición para el juego de Alemania por su enorme movilidad, espectacular en sus movimientos sin balón, y su brillante visión de juego. Siempre aparece en el lugar adecuado en el momento adecuado. Como Gerd. Así encadena ya ocho goles en los Mundiales, por lo que ya es una opción mucho más factible que Messi (3 goles) o Cristiano Ronaldo (2 goles) para destronar a Ronaldo. Palabras mayores
Müller sacó los colores de una diminuta Portugal en Salvador de Bahía, salvaje la diferencia entre ambas selecciones, en parte por el limitado papel de Cristiano Ronaldo. La indiscutible calidad del Balón de Oro no es suficiente para tapar las carencias de una selección que sacó el billete a Brasil en la repesca después de quedar por detrás de la Rusia de Capello en la fase de clasificación, incapaz de superar a Israel en los dos partidos de la liguilla. Los problemas para Portugal empiezan atrás, por las dudas de su guardameta, Rui Patrício, cerquísima de regalar un gol nada más empezar el encuentro a un Khedira fundamental en el juego de Alemania, por mucho que no juegue a pleno rendimiento. El centrocampista del Real Madrid vive sin ataduras en su selección, mucho más vertical con sus pases, con galones para llegar y disparar desde la frontal. Si mejora su físico, Alemania todavía será más grande en Brasil.
A los diez minutos Portugal se llevó la primera bofetada después del agarrón de Rui Patricio a Gotze dentro del área, demasiado al límite para un Mundial. Müller ejecutó a la perfección el penalti para disipar las dudas alrededor de un equipo que, por ilógico que parezca, ya no tiene la confianza de esa vieja Alemania que ganaba por obligación. El autoestima de los teutones ha disminuido en parte por las decepciones de los últimos campeonatos -señalado Low por el desastre de la semifinal ante Italia en la Eurocopa-, pero también por el agotamiento físico de varios jugadores de la plantilla. En Salvador de Bahía, Alemania superó el examen con creces, nada que ver con la exhausta España de Vicente del Bosque.
La movilidad de Müller y los destellos de Gotze complicaron la vida en el primer tiempo a Portugal, que trató de llegar a la meta de Neuer con más corazón que cabeza. Los de Paulo Bento conforman un equipo de grandes individualidades, con Cristiano Ronaldo a la cabeza, pero el colectivo está a años luz del nivel de esta Alemania que adora el balón y dispone de un ataque de vértigo. El toque de los germanos recuerda a la mejor España, con velocidad frente a la frontal del equipo rival y continuos desmarques para descolocar a la defensa. Como en la jugada anterior al segundo gol en la que se asociaron Kroos, Ozil y Gotze mientras Muller arrastraba a la cueva al toda la defensa portuguesa. Joao Pereira evitó el desastre al tocar el balón para desviar a córner, pero los teutones también son fuertes a balón parado. Kroos, que tiene un guante en el pie, puso un balón exquisito al corazón del área donde se elevó un enorme Hummels que superó a Pepe para enviar el balón a la red. Angela Merkel sonreía en el palco. Alemania también gobierna en Brasil.
El segundo gol obligó a estirarse a Portugal, que en vez del premio gol se encontró con el castigo de la expulsión de Pepe. El central del Real Madrid se hizo un lío atrás en un balón que no iba a ninguna parte y sacó la mano a pasear para evitar dejar solo ante el portero a Müller -siempre Müller-, que se tiró exageradamente. Aquello terminó por encender a Pepe, medio de centenar de partidos internacionales y todavía proclive a imprudencias propias de un novato, que fue directo a recriminar a Müller, experto en estas lides, su actitud y agachó su cabeza para chocar frente con frente. Roja directa según el árbitro. Adiós a las esperanzas de Portugal.
Paulo Bento tapó como pudo la hemorragia de Portugal con uno menos en el campo, pero Alemania fue un vendaval cuando pisó el acelerador. El tercero llegó justo antes del descanso con un centro de Kroos que remató a la perfección, de nuevo, Müller. La segunda mitad resultó un trámite para Alemania, que se resistió a hacer sangre y aún así aumentó el marcador con otro gol de Müller, hábil para rebañar otro error de Rui Patrício dentro del área. Lo peor para los de Low, sin duda, fue la lesión del central Hummels, que se retiró con un golpe en la rodilla y podría ser una baja importantísima para los germanos. Sin noticias de Cristiano Ronaldo, que apenas apareció en el descuento con un misil en una falta que acertó a despejar Neuer, Portugal necesitará mucho más para meterse en octavos. Todo un reto para un equipo que ha perdido en el primer partido a Pepe por una imprudencia, a Coentrao y Hugo Almeida por lesión, y buena parte de su confianza frente a una enorme Alemania.