
La Copa ya es culé
E. Ramiro Fernández
Ya no hay dudas sobre el Rey de Copas. Viste de azulgrana y hoy ha dado un nuevo recital en Valencia. Los hombres de Guardiola lo han vuelto a hacer. Han interpretado otra de sus mejores obras en el momento más decisivo. El 1-4 final no admite ningún género de dudas y la primera hoja del trébol ya descansa en las arcas culés.
Un motivado Athletic aguantó el tipo durante 25 minutos en los que ha hecho soñar a su afición. Pero su casta y su agresividad no le ha dado para más y no han podido sobreponerse al ritmo asfixiante de la máquina culé.
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La Chapuza de TVE
Un aficionado del Athletic detenido por lanzar un botellazo a Alves
El Barça, fiel a su estilo, salió controlador, mientras el Athletic ya se afanaba por bombardear torpedos hacia Llorente para amilanar a la defensa culé. Los de Caparrós demostraban en cada jugada lo enchufado que habían salido, disputando cada balón como si la vida y las ilusiones les fueran en ello.
Con la garra y el afán bilbaíno llegaron las primeras ocasiones. Avisó Javi Martínez en el minuto ocho con un derechazo que saco Pinto, quien no pudo despejar el certero cabezazo de Toquero tan solo un minuto después. El corner botado por Yeste al segundo palo sorprendía a la zaga culé, mientras los bilbaínos celebraban el primero.
A partir de ahí el Bilbao dio un paso atrás, abrumado por la tremenda posesión culé. Sin embargo, los de Guardiola no se despegaban de los correosos marcajes de los rojiblancos. Y cuando lo hacían fallaba el control o la decisión. Así le ocurrió a Bojan o a Eto’o, a los que las dudas le asaltaron cuando lo tenían todo para encarar solos a Iraizoz.
Pero esos pasos atrás serían definitivos para el Bilbao. A la media hora ya se jugaba en el campo bilbaíno cuando Touré lanzó su ‘Yayazo’. El hoy central salió con el balón controlado desde la zaga esquivando a cuantos rivales salían a su paso para terminar lanzando un misil que se cuela ajustado al palo. Imposible para Iraizoz. Aunque luego estropearía su golazo celebrándolo con ostentosos cortes de manga.
Fueron los mejores minutos del Barça en la primera mitad, que tuvo varias ocasiones para amedrentar aun más al Athletic. Los bilbaínos continuaron encerrándose y el Barça comenzaba a encontrar las cosquillas a los leones. Alves fue el que más cerca estuvo de pegar otro zarpazo, con un tiro desviado y una falta que lamió la escuadra.
El panorama no varió ni un ápice en la segunda parte. El Barça no quería alterar el guión y el Athletic no sería capaz de cambiarlo. Para entonces Messi ya había empezado a destrozar la defensa rojiblanca con sus diagonales y su juego a la espalda de los mediocentros. Por ahí comenzaron los leones a perder su fiereza. Y las ocasiones no se hicieron esperar.
La primera bala de la ruleta rusa a la que ya se había abandonado el Athletic le sopló el cogote, cuando Messi manda por encima del larguero una ocasión clarísima. En la siguiente no falló y la bala daño el corazón bilbaíno y sus ilusiones. La jugada nació en la derecha, trenzada por Xavi y Messi, quien le cede al hueco un pase valiosísimo a Eto’o. El camerunés realiza un centro chut que Iraizoz despeja y Messi mata y remata (min. 55).
La ruleta rusa siguió y el Athletic roto en el esfuerzo y moribundo en las ilusiones se abandonó a su suerte. Se abrió y buscó estirarse y entonces el vendaval se hizo aún más fuerte. Antes de que llegará el 1-3, Eto’o malgastó otra bala. Algo que no hizo Bojan. El canterano demostró su clase y su categoría al culminar un contragolpe culé cuando todos esperaban el gol de Eto’o. El ‘11’ azulgrana sorprendió con un chutazo milimétrico a la base del palo que le confirmó como lo que es, un killer en ciernes: tuvo dos y clavó una.
Luego llegó la nota negativa de la final cuando los típicos energúmenos lanzaron una lata a Alves que impactó en su cabeza. Fue una afrenta demasiado elevada para una afición como la bilbaína, siempre a la altura de tan señalada fecha, quien no dudó en girarse y señalar al culpable hasta que fue expulsado.
Ni eso amilanó a los culés, que siguieron a lo suyo, a buscar el gol sin excusas y con el balón como amigo fiel. El discurso ya les suena a todos y el Barça no paró hasta el final.
En el minuto 64 se acabaron de fulminar las últimas esperanzas y las mínimas ilusiones. Xavi ponía el 1-4 en el marcador tras botar una falta de libro, ajustada a la cruceta y que golpeaba en el palo antes de colarse para dentro. A partir de entonces el ¡Campeones, Campeones! corrió como la pólvora en Mestalla hasta que la traca final dio con Puyol levantando la Copa en el palco.
El Barça se había comido al Bilbao y su primera hoja del trébol en un equipo que no conoce otro objetivo que el gol y con una sola palabra en su mente: victoria. Y es que este equipo no camina hacia la gloria, la persigue tras cada esquina, y hoy la amarró en Valencia… por primera vez.
Ficha técnica:
Athletic Club: Iraizoz, Iraola, Aitor Ocio, Amorebieta, Koikili, Yeste, Javi Martínez, Orbaiz (Etxeberría, m.61), David López (Susaeta, m.56), Toquero (Ion Vélez, m.61) y Llorente.
Barcelona: Pinto, Dani Alves, Piqué, Touré Yayá (Sylvinho, m.89), Puyol, Busquets, Xavi (Pedro, m.88), Keita, Messi, Bojan (Hleb, m.84) y Eto'o.
Goles: 1-0, m.9:
Toquero. 1-1,m.32: Touré Yayá. 1-2,m.55: Messi. 1-3, m.57: Bojan. 1-4,m.64: Xavi
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