
E. Ramiro Fernández · FIFAChampions
El FC Barcelona se transformó esta noche en el Dr. Jekyll y Mr. Hyde para doblegar a un Betis insulso en los primeros cuarenta y cinco minutos e impulsivo en la segunda mitad. El partido tuvo dos partes perfectamente diferenciadas. Mientras que los chicos de Guardiola se iban al descanso con los deberes hechos tras dos zarpazos del camerunés Samuel Eto'o, Chaparro y los suyos no sabían donde meterse ante el paupérrimo papel interpretado por los verdiblancos en el coliseo blaugrana.
Tras el paso por los vestuarios los papeles se intercambiaron, el Betis remontó los dos goles de diferencia ante la plácida siesta en la que se instalaron los culés y a diez minutos del final fue Gudjhonsen el encargado de rescatar los tres puntos para el conjunto de Guardiola. Con esta victoria el Barça suma siete puntos y sigue escalando puestos en la clasificación (4º provisionalmente). Por su parte, Eto'o se reencontró con el gol por partida doble y fue ovacionado por la afición cuando fue sustituido por Bojan.
Había mucha expectación en el Camp Nou por conocer si ante el Betis, Guardiola se apuntaría a otra alineación 'revolucionaria'. Aunque pronto se disiparían las dudas. Esta vez el entrenador culé sólo sentó a Puyol, previsiblemente para darle descanso, y Henry, que hoy no jugó ni un minuto, de entre todas las vacas sagradas. Los que salieron demostraron desde el principio que lo de Gijón no fue un espejismo y que las directrices de Guardiola van calando en la equipo poco a poco. Con el clásico 4-3-3 y con Iniesta como comodín en la izquierda el Barça ahogó al Betis en su propio campo con una defensa instalada en el circulo central que no sufrió ni un solo agobio en los primeros cuarenta y cinco minutos. Los hombres de Guardiola sacaban el balón desde atrás comandados por un Márquez que ha recuperado los galones y la jerarquía perdida en temporadas pasadas. En el centro el músculo y la fantasía convivían a partes iguales y Xavi y un gran Keita se sumaban al ataque mientras ensanchaban el campo y dibujaban tiralíneas.
Todo ello aderezado con una equilibrada presión que se iniciaban desde las puntas de lanzas culés: Messi y Eto'o. Con esta disposición las ocasiones azulgranas no tardaron en llegar. Otra cosa fue materilizarlas. Las primeras internadas de Messi o de Iniesta quedaron en balas de fogueo, simples avisos de lo que se les avecinaba a los verdiblancos. Corría el minuto 17 cuando una robo de balón de Alves propició una salida rápida de Messi quien se asoció con Eto'o para que el león 'indomable' resolviera con un recorte seco y un zarpazo imparable e hiciera subir el primer gol al luminoso. El Betis era por entonces un juguete roto a manos de un Barça que crecía a pasos agigantados mientras disfrutaba de la pasividad de la defensa bética. De esa pasividad nació el segundo gol, cuando tras otra jugada en la que el balón rodó como una montaña rusa por los pies de los jugadores azulgranas, éste cayó a los pies de Eto'o, quién abrió a la derecha para que Messi gambeteara a sus anchas devolviéndosela en la misma línea de gol al camerunés que 'sólo' tuvo que empujarla (2-0, min. 23).
Con ese resultado, y como anticipo de lo que nos esperaba en la segunda parte, el Barça levantó el pie del acelerador y se recreó en busca de la excelencia en cada jugada.El paso por los vestuarios fue anestésico para los azulgranas y las advertencias y la relajación a las que Guardiola había hecho referencia en la previa del partido se apoderaron de sus jugadores como si de un viaje al pasado se tratara. El Barça repitió errores y se acunó en los vicios de la temporada pasada durante veinte minutos largos. Los suficientes para que el Betis consiguiera igualar el marcador y estrenar su casillero de goles en esta temporada. Monzón de libre indirecto desde dentro del área y José Mari tras culminar un gran contragolpe de los hombres de Chaparro llevaban la sorpresa y la incertidumbre al Camp Nou. E incluso pudo ser peor si Daudén Ibáñez hubiera señalado un claro penalti de Cáceres a Sergio García con 2-1 en el marcador. El jugador verdiblanco fue el auténtico revulsivo de su equipo en la segunda parte y junto a José Mari (que volvió a marcar tras más de dos años de sequía) sembraron el pánico en la zaga culé en la segunda mitad.
El segundo gol verdiblanco fue una acicate para los hombres de Guardiola quien reaccionó dando entrada a Sergio Busquets y Gudjohnsen, quien a la postre resultaría el salvador de los culés. El Barça visiblemente más nervioso y acelerado tras el empate se lanzó a buscar el gol ante una afición que no hubiera perdonado otro tropiezo semejante. Con los blaugranas lanzados Guardiola dio la oportunidad a Bojan, que entró en el campo por el centenario Eto'o (hoy marcó su gol número 100 con el Barça). El canterano puso desparpajo y ganas, y transmitió su ímpetu a sus compañeros desde el principio. A fata de diez minutos para el final llegó la cabalgada de Alves por la banda. El brasileño mandó el balón al corazón del área, donde desde el segundo palo Gudjohnsen cazó el centro en un escorzo afortunado que acabó con el balón en el fondo de las mallas culés. Luego Bojan tuvo la sentencia, pero como es costumbre en la era Guardiola el Camp Nou sufrió y padeció hasta el final, con las dos caras de un equipo que como los enfermos tiene ligeros signos de mejoras día a día.