
Ambientazo de lujo. Con unas 16000 personas, 1000 y pico de ellas seguidores béticos; saltaron al campo los jugadores del Hércules de Alicante y del Real Betis Balompié en un encuentro propio de la categoría de oro del fútbol español.
Los locales, llegaban a su primer encuentro de liga en casa, tras la victoria en Copa del Rey ante el Albacete por 0 – 1 en el Carlos Belmonte; mientras que los andaluces llegaban a la capital alicantina tras la derrota copera por 1 gol a 2 frente al Córdoba en Sevilla.
No tardaron en aparecer las ocasiones de gol y el buen fútbol en unos primeros 20 minutos de tanteo donde fue el Hércules quien manejaba mayoritariamente el juego, aún disponiendo ambas escuadras de ocasiones.
Fue en el minuto 25, cuando la más que justa expulsión del mediocentro bético, Sunny; provocó el primer punto de inflexión del encuentro. Haciendo Tiago Gomes de cabeza en la siguiente jugada, el primer tanto del partido a centro del vasco Sendoa Aguirre.
El partido se ponía cuesta abajo para los blanquiazules. El Hércules era dueño y señor del esférico, marcando el tiempo del match y generando las ocasiones mas claras de gol hasta el momento; pero exactamente 5 minutos después del gol del portugués Tiago Gomes; Sergio García ponía las tablas en el luminoso en un barullo de piernas.
A pesar de la inyección de moral para los béticos desplazados, sus jugadores no fueron capaces de rentabilizar ese empate, ya que seguía siendo el Hércules, quien dominaba el encuentro en todos los aspectos, pudiendo incluso adelantarse de nuevo antes del descanso.
A los10 minutos de la reanudación, era el Hércules otra vez por medio de Tiago Gomes, volvía a adelantarse en el marcador tras una incursión en campo verdiblanco que culminaba con un fenomenal golpeo desde la frontal del área.
Esta vez, si que parecía que sería definitiva la victoria herculana, y el cronómetro corría cada vez más en contra de los andaluces.
El partido entró en su recta final, y el Betis seguía siendo incapaz de poner en apuros la meta defendida por Juan Calatayud, exceptuando una falta que salió lamiendo el poste.
Pero, en el minuto 82 cuando todo parecía listo de papeles; la justicia volvía a aliarse con el más grande; señalando el colegiado catalán Miranda Torres, un penalti inexistente provocado por un derribo que únicamente vio él. Pavone transformaba el penalti de duro disparo.
El estadio enmudeció, pero fue esa fuerza heredada de los dioses, la que permitió; que solamente 2 minutos mas tarde; el canterano y debutante Kiko Femenia, pusiese un pase al centro del área, que Sendoa empujaría al fondo de las mayas derribando el coliseo herculano.
El delirio inundaba las gradas alicantinas, y ni si quiera los agónicos minutos finales, permitieron que todos los aficionados herculanos saliesen eufóricos de su estadio.