El jugador francés del Real Betis Damien Perquis, internacional con la selección de Polonia, sufrió un fuerte golpe durante el partido disputado el pasado 4 de noviembre ante el Málaga en La Rosaleda. Poco después de comenzar la segunda mitad el defensa despejaba de cabeza un centro desde el punto de penalti sin percatarse de que a su lado saltaba el jugador del Málaga Fabrice Olinga, que chocó involuntariamente contra su cabeza.
Perquis cayó inconsciente al suelo, lo que disparó las alarmas sobre el césped. El árbitro detuvo el partido, los compañeros corrieron a su posición y le colocaron en posición de defensa para evitar la obstrucción de las vías respiratorias. El personal medicó llegó al lugar del choque en cuestión de segundos e inmovilizó la cabeza del jugador, que fue evacuado en ambulancia a un hospital cercano, donde las pruebas revelaron que sufría una doble fractura de mandíbula. Perquis fue sometido a una intervención quirúrgica con resultado satisfactorio y abandonó la clínica Fremap el pasado 9 de noviembre, cinco días después del choque.
«Ha sido la conmoción cerebral más grande que he visto en mi carrera deportiva, el jugador estaba totalmente ajeno a cualquier tipo de estímulo», ha explicado el doctor Tomás Calero, responsable médico del Real Betis. «Pasamos una hora de angustia bastante importante porque hasta pasados unos 35 minutos el jugador no tuvo una lucidez completa, teníamos dudas de que pudieran quedarle secuelas, pero los escáneres han descartado lesiones cerebrales», ha sentenciado.
Perquis estará con la boca cerrada unos 50 días como consecuencia de la operación, por lo que no podrá volver a vestirse de corto hasta dentro de un par de meses.