Noticias del Día — 23 de abril de 2009 | 1:46

La vida sigue igual [4-0]

Un texto de

 

Intratables 

E. Ramiro Fernández 

Fue un suspiro. Eso duró la tensión de unos y las ilusiones de otros. Esos poco más de 120 segundos que tardó el Barça en comenzar a encarrilar el partido, dejaron claro que hoy tampoco sería. Hoy no era el día de fallar, no era el día de dar más alas a un Madrid tan eufórico como agónico y no era el día de defraudar a la afición. Iniesta lo entendió rápido y con un gran derechazo se sacudió toda la presión que supuestamente tenían hoy.

El resto del guión lo conocen todos. Otro monólogo azulgrana que en apenas veinte minutos ya había pasado el rodillo ante el tercer clasificado, el Sevilla, que no llegó a saltar al Camp Nou. A la fiesta esta vez se unieron Xavi, con otro gol teledirigido y Henry. El Barça mantiene así su ventaja de seis puntos con el segundo clasificado cuando sólo restan seis partidos para el final del Campeonato.

· Andrés Iniesta, 'un crack disfrazado de mortal'
Contesta a la encuesta fifa-champions

Hoy Guardiola se apuntó otro tanto. El 'once' azulgrana presentaba hoy variables y de las notables. El Barça comenzaba el 'Tourmalet' sin su mejor freno y su mejor marcha: Puyol y Messi se quedaban en el banquillo. Poco importó porque el Sevilla salió al campo derrotado. Y esta vez no es un recurso estilístico es la pura verdad. A los dos minutos Iniesta ya había dibujado su particular obra de arte en el boquete de la defensa sevillista. Su chut teledirigido a la escuadra describió una parábola perfecta dejó a Varas, a sus compañeros y a todo el Camp Nou boquiabierto. Ahí comenzó el festival blaugrana y ya no paró.

El Sevilla zarandeado, no sabía por donde le venían los derechazos. Daba igual si era Henry, Eto'o, Iniesta, Xavi o Alves. El fútbol total azulgrana no se detiene ante nada y ante nadie. Y así el gol es la única obsesión. Y más si entre los protagonistas está Eto'o. El camerunés acudió a su cita con el gol con puntualidad, para culminar una jugada excelsa. Otra más. La jugada arrancó en don Andrés (en quién sino) que se la cede a Xavi, quien marca un pase de tiralineas hacia el de Fuentealbilla y rodeado de rivales encuentra a Eto'o sólo en el punto de penalti para empujarla (min, 17). La pelota entró con suspense, mientras sus compañeros ya se dirigían a abrazar a Iniesta.

El crack manchego siguió gustándose durante el resto de la primera parte al igual que sus compañeros y si no cayeron más fue porque Varas se convirtió en el mejor de su equipo. Pero no pudo evitar lo inevitable. La salida del Barça tras el descanso fue igual que al comienzo del partido, fulgurante. En el minuto 48 Xavi ya había subido el 3-0 al marcador, con otro chut que limpió las telarañas de la portería. A los pocos minutos fue Henry quién se sumó a la fiesta. El francés rompió por velocidad a su par y tras un toque sutil aloja mansamente el balón lejos de Varas, que durante toda la noche paró lo parable, lo demás fue dentro.

De ahí hasta el final, el Barça reguló su compás. Y esta vez la sinfonía tenía que ralentizarse y el Barça lo hizo como sabe. Sin abandonar la pelota y sin perder la portería del horizonte. Por ello pudieron llegar más, pero los blaugranas se reservaron para envites mayores. Porque vendrán, el Barça sólo ha culminado la primera etapa de montaña en este camino hacía la gloria en la que pedalea en cabeza, con viento a favor y sin despeinarse.

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