Alberto Contador jamás se ha enfrentado a unas rampas tan duras. Un puerto de categoría especial que ha tumbado a los últimos héroes de un deporte que agoniza. Los pocos que consiguen coronar lo hacen sin dejar atrás la sombra de la sospecha. Inocente o culpable, el caso que es que Contador ha quedado marcado para siempre. Otro Alberto, López Cerrón, ni se imaginó que un solomillo de Irún daría tantas vueltas. Él fue el encargado de adquirir en una carnicería del País Vasco un solomillo que presuntamento estaba contaminada con clembuterol. Según la versión del ciclista, esa fue la causa del positivo en la segunda jornada de descanso en el Tour de Francia, en la víspera de la subida al Tourmalet. A ese solomillo se agarra un Alberto Contador que, sin embargo, se quedó sin pruebas tan pronto como se comió el filete.
La UCI ha pasado de defender al ciclista a apelar su absolución ante el TAS
La secuencia de los hechos se ha contado mil y una veces. Desde su inicio, el “caso Contador” pasó a ser una cuestión de fé con alguna que otra pregunta sin respuesta sobre la actuación del corredor y del equipo durante esos días. Quizás sean justificables, pero no hacen más que añadir dudas a un caso muy poco transparente. O, mejor dicho, nada transparente.
El primer resultado analítico adverso del test de orina realizado el 21 de julio fue comunicado al corredor español el 24 de agosto a través de una llamada telefónica de Mario Zorzoli, responsable médico de la UCI. Los protagonistas confirman que los procesos legales pasaron a un segundo plano dada lo “extraordinario del caso”. El propio Contador ha explicado que fue la organización dirigida por Pat McQuaid quien le pidió que guardara silencio. Las partes, de hecho, se reunieron en Puertollano (Ciudad Real) para valorar los pasos a seguir tras ese “resultado analítico adverso”.
Parece por tanto que en un primer momento la UCI creyó a Contador. Lo contrario sería afirmar que el organismo actúa de manera ilegal para tapar a sus estrellas. El ciclismo sigue siendo un deporte bajo sospecha incluso para los que se han bajado del sillín. Bien lo sabe Lance Armstrong que podría enfrentarse este 2011 a un proceso histórico.
Las filtraciones obligaron a la UCI a hacer público el positivo del ciclista de Pinto
El secretismo se acabó a finales de septiembre, supuestamente, por Hajo Seppelt. Apenas conocido en España, Seppelt es un controvertido periodista alemán que desde hace años se ha especializado en materia de dopaje. El propio periodista ha explicado en una entrevista al portal “Velonation” que ya estaban tras la pista de un “gran” positivo desde la primera semana de septiembre. Según sus palabras, llegaron a ponerse en contacto con McQuaid para contrastar las informaciones que tenían de un posible positivo de Alberto Contador. El presidente de la UCI aseguró no saber nada al respecto, pero horas más tarde la organización confirmaba el positivo del ciclista de Pinto por 50 picogramos de clembuterol.
La actitud de la UCI durante el proceso llama especialmente la atención. En un primer momento se saltó el procedimiento habitual para comunicar el positivo al corredor. Luego la presión mediática obliga a anunciar la noticia y meses después, cuando Contador es absuelto por la Real Federación Española de Ciclismo, decide apelar al Tribunal de Arbitraje Deportivo. Una apelación a la que también se ha unido la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), un organismo independiente que se ha mantenido al margen del proceso hasta el final.
El TAS podría imponer una sanción de entre uno y dos años a Contador
Aún no hay fecha para la vista del juicio a la teoría del solomillo, aunque el TAS se ha mostrado dispuesto a estudiar -y escuchar- las alegaciones antes de la salida del próximo Tour de Francia. Mientras, Contador podrá seguir corriendo sin ningún tipo de limitación. Si es declarado culpable perdería todas las victorias conseguidas desde la pasada ronda francesa y tendría que enfrentarse a una sanción de dos años, o quizás de uno si el Tribunal decide imponer una reducción de la pena.
Las dudas de los plásticos
Tras el positivo de Alberto Contador, varios medios apuntaron a que la sangre del ciclista español contenía unos restos plásticos que indicaban una autotransfusión, un método prohibido según el código mundial antidopaje. Uno de los primeros en hablar de estos restos plásticos fue Hajo Seppelt durante un reportaje en la televisión ARD en el que se enseñó una gráfica en la que se podían ver los supuestos niveles de clembuterol y plásticos de orina en los controles antidopaje que pasó el corredor de Pinto los días que dio positivo.
Las insinuaciones de ARD, L’Equipe, Associated Press o The New York Times sobre los plásticos no han sido confirmadas
La presunta presencia de restos plásticos fue también comentada por L’Equipe, Associated Press y The New York Times, aunque no aportaron más luz al caso. El supuesto hallazgo llegó a través de un método aún no aprobado como control antidopaje por la UCI. La organización asegura que quiere descartar que los niveles de restos plásticos encontrados en la orina puedan deberse a otras cosas. La mayor investigación sobre este campo se realiza en Barcelona a cargo del doctor Jordi Segura.
Hasta el momento, la teoría de los plásticos no ha sido confirmada. El propio Contador ha aportado informes en su defensa que descartan esta posibilidad, aunque otros medios apuntan a que el ciclista pudo usar el clembuterol durante la primavera para adelgzar y que se extrajo sangre antes de que desapareciese de su organismo. Ese fallo, unido a la milimétrica precisión de los laboratorios de Colonia dieron con los 50 picogramos de clembuterol por cada mililitro de orina.
El proceso ha marcado para siempre la carrera de Alberto Contador
El propio Pat McQuaid ha confirmado en una entrevista en el diario Marca que el caso de Contador se refiere a la presencia de clembuterol en su organismo, y que la presunta existencia de restos plásticos no es parte de la apelación de la UCI o la AMA. La duda, sin embargo, parece que permanecerá para siempre en el historial de Contador al igual que la sombra de la sospecha ha caído sobre los grandes mitos del ciclismo moderno.
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