Noticias del Día, Opinión — 28 de septiembre de 2010 | 6:30

La ilusión y la humildad de un líder

Un texto de

Tras un verano en el que predominaron las notas grises, el malestar de la afición valencianista e incluso en el que se llegó a plantear un futuro muy negro deportiva y económicamente hablando para el conjunto de la capital del Turia la dinámica de resultados está siendo magnífica, muy productiva.

Dos nombres por encima del resto destacaron en la actualidad del Valencia CF durante el pasado mercado de fichajes veraniego. David Villa y David Silva se convirtieron tras varias temporadas en Mestalla en los dos principales estandartes del club valencianista junto a Juan Mata. Sin embargo, la delicadísima situación económica obligó a Manuel Llorente junto a su junta directiva a desprenderse el pasado mes de Junio (vísperas del comienzo del pasado Mundial de Sudáfrica) de ambos jugadores. Y lo que era más preocupante, a precio de saldo.

Con esta preocupante situación el futuro valencianista no era precisamente positivo, no era precisamente acogedor. Sin embargo tan sólo hay que acogerse y fijarse en los resultados de la Temporada 2010/11.

Seis encuentros oficiales y seis victorias. Líderes en solitario de la Liga BBVA con 13 puntos. Nueve goles a favor y tres en contra hacen que el conjunto de Unai Emery se consolide como la gran revelación del inicio liguero. En la UEFA Champions League debutó con una extraordinaria victoria por 0-4 en Turquía frente al Bursaspor, colocándose igualmente líder del Grupo C.

La salida de ambos futbolistas se tradujo en la ascensión de Juan Mata al primer escalón respecto a los ídolos del conjunto valenciano. Con él, futbolistas como Joaquín o Pablo Hernández están mostrando su mejor cara.

El club trabajó a marchas forzadas para confeccionar una plantilla que estuviera a la altura de una situación preocupante, incómoda. Así, Manuel Llorente cerró dos fichajes de escándalo a nivel nacional. Aritz Aduriz y Roberto Soldado cambiarían Mallorca y Getafe respectivamente con destino la Avenida de Aragón de la capital valenciana. Su rendimiento está a la altura de sus incorporaciones, lo que les convierte en este inicio liguero en una de las duplas más fructíferas de la Liga BBVA.

Para reforzar otra salida importante como fue la de Carlos Marchena con destino Villarreal llegaron futbolistas como Stankevicius o Ricardo Costa, que dotan a la defensa valencianista del peso necesario para obtener un bloque rocoso atrás (tan sólo tres goles encajados, uno de penalti).

Para el centro del campo Memhet Topal y Tino Costa llegaban con el anonimato futbolístico (al menos en España) a Valencia y su rendimiento comienza a dar que hablar en la parroquia blanquinegra. A los ya nombrados Aduriz y Soldado, otro de los futbolistas que llegaron fue Feghouli.

Una plantilla en la que no destacan los grandes nombres a nivel europeo, no destacan las individualidades. Tan sólo destaca el colectivo y la unión de una plantilla que está demostrando que el fútbol es un deporte de grupo, y en el que las individualidades tan sólo son la guinda de un proyecto.

Bien por el Valencia CF. Bien por la humildad y el trabajo de un equipo que sin hacer mucho ruido es líder de la Liga BBVA y es el mejor líder del viejo continente.

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