Un Barça gris se impone por la mínima al Sporting en su primer test sin Messi. El guaje, que sigue sin tener piedad de su exequipo, decidió al inicio de la segunda parte.
“Este no es el equipo que solemos ver cuando venimos al Camp Nou”, diría algún aficionado culé al salir del estadio este noche. Y es que el Barça fue distinto y aunque se mostró como siempre fiel a un estilo, le faltó esa chispa que enamora. Es la cruz de estos jugadores, cuando no llegan a lo alto del listón, ahí donde casi siempre se encuentran, se nota. No hay escondite posible en este Barça creador de exigencias. Y precisamente hoy no era día de huidas. Con Messi en la grada echando de menos el césped, Bojan buscaba reivindicarse y el siete reencontrarse con el gol. Así lo pensó y así lo hizo Villa dejando una vez más un recuerdo en forma de tanto a “su” Sporting. Cinco goles en cinco partidos es la cuenta que le deja a sus paisanos.
Pero antes, apenas hubo historia. Un Barça falto de velocidad y profundidad no podía con un equipo lleno de caras nuevas. Preciado tenía sus armas: aguantar atrás con dos líneas juntas y sacar en largo. Sus discípulos lo entendieron y se sintieron cómodos en el papel. Mientras el Barça tocaba monopolizando el juego pero sin la intensidad y el impulso que preceden al peligro. Aun así, cuando hay niebla, aparecen jugadores de la categoría de Iniesta. En una jugada, que recordó por la similitud a la de la gloriosa noche en Sudáfrica, tuvo el manchego el primero. Esta vez, una buena parada de Cuellar lo evitó. Iban los azulgrana animándose por momentos. Un contraataque de Bojan que no supo finalizar y una jugada de Villa en la que pecó de individualista fueron los síntomas del despertar baulgrana.
El descanso le sirvió a Pep para ordenar ideas y reconstruir a un equipo que anhelaba el juego desequilibrante. Con ese rol entró Pedro, buscando el juego de bandas que tanto necesitaba el Barça para rematar al rival. No participo el tinerfeño en el gol pero con su entrada en el campo contagió algo de su característico dinamismo. A los 4 minutos de la segunda parte, Alves quiso que Villa no rompiera la estadística goleadora frente al Sporting y le puso un balón de oro. El asturiano agradeciendo el gesto definió con categoría. Se relajaban los que ya añoraban las genialidades del mesías argentino.
Con el marcador en contra y con Diego Castro en el terreno de juego se estiraron los de Gijón. Tampoco eso fue suficiente para encontrar el gol, pero si para completar un digno partido. Del Barça sin embargo, todos esperan que salga con su mejor traje todos los días. Hoy al que mejor le sienta no lo llevaba y a los demás no parecía quedarle como en otras ocasiones. No todos los días son días de fiesta.
Ficha técnica:
1 – Barcelona: Valdés; Alves, Puyol (Piqué, min. 45), Milito, Maxwell; Busquets, Xavi, Keita (Pedro, min. 45); Iniesta, Bojan (Mascherano, min. 70) y Villa.
0 – Sporting: Cuéllar; Sastre, Botía, Iván Hernández, José Angel; Rivera (Sergio Álvarez, min. 86), Matabuena (Diego Castro, min. 57); Luis Morán, Lora, Bilic (De las Cuevas, min. 68) y Barral.
Gol: 1-0, m.49: Villa.
Árbitro: Paradas Romero (comité andaluz). Amonestó con cartulina amarilla a Rivera, Cuéllar, Matabuena, Bilic, Botía, Milito y Piqué.
Incidencias: partido correspondiente a la cuarta jornada de Liga de Primera división, disputado en el Camp Nou ante 66.947 espectadores. Se guardó un minuto de silencio en memoria de Jordi Pitarque, futbolista del Reus fallecido el pasado 7 de septiembre.
