NFL · Fútbol Americano — 30 de enero de 2015 | 18:56

Bill Belichick contra Pete Carroll, juegos de guerra en el desierto de Arizona

Dos de los mejores estrategas de la NFL se miden en el partido del año

Un texto de

belicarroCualquier partido de fútbol americano, más todavía una Super Bowl, tiene aires de batalla militar. Sobre el césped luchan cuerpo a cuerpo dos pelotones de soldados en una guerra de trincheras sin cuartel por cada yarda, de ahí que resulte imprescindible contar con un buen estratega en la retaguardia, capaz de encontrar los flancos por los que atravesar al rival. Dos de las mejores mentes pensantes de los banquillos de la NFL se enfrentarán este domingo en Glendale, en medio del desierto de Arizona. Patriots contra Seahawks, o lo que es lo mismo, Bill Belichick contra Pete Carroll, dos estrategas con más cosas en común de lo que parece a simple vista.

Ambos han encauzado su carrera después de unos inicios discretos en la NFL, son auténticos líderes y se han ganado a pulso una gran reputación gracias a su habilidad para innovar y sorprender a sus rivales durante los partidos, cuidan cada detalle al máximo, son ambiciosos por naturaleza y van camino de los libros de historia. Belichick y Carroll son dos de los entrenadores más viejos de toda la NFL y se admiran mutuamente. «He estudiado a Pete durante mucho tiempo y he aprendido mucho de él, creo que me ha convertido en un mejor entrenador. Le tengo muchísimo respeto», resume el entrenador de los New England Patriots. La batalla de Arizona también se juega en los banquillos.

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La creatividad del sargento Belichick

A sus 62 años Bill Belichick va camino de convertirse en uno de los mejores entrenadores de toda la historia. Un estratega que exprime hasta la última gota de sus jugadores, experto en convertir a desconocidos o desterrados en estrellas y que utiliza todos los medios a su alcance para ganar. Pese a quien le pese. En los playoffs sacó de sus casillas a John Harbaugh, técnico de los Baltimore Ravens, al utilizar jugadas que bordeaban la frontera de lo permitido, aprovechándose de las lagunas del reglamento. Algunas veces Belichick ha traspasado la línea. En 2007 su imagen quedó manchada para siempre por el Spygate al descubrir que su equipo grababa los entrenamientos de sus rivales a puerta cerrada, lo que se saldó con una multa de 500.000 dólares, la sanción más alta hasta la fecha para un entrenador.

Las críticas le resbalan, capaz de presentarse en chanclas en la jornada de puertas abiertas para los medios o de permanecer prácticamente en silencio durante siete minutos en una rueda de prensa tras una polémica derrota. Tiene aversión a los micrófonos y trata a los periodistas como auténticos enemigos, en parte para que la presión no vaya constantemente hacia sus jugadores, a los que exige por encima de todo trabajo. «Do your Job!» es el lema de una franquicia históricamente perdedora que se ha convertido en una máquina de éxitos bajo la batuta del frío Belichick, que no busca florituras sino jugadores comprometidos, por eso abre la puerta a los que se convierten en estrellas para abrir paso a otros con hambre de victorias.

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La vitalidad del simpático Carroll

Si Belichick es la cara de póquer personificada Pete Carroll es la eterna sonrisa. Un tipo con un asombroso espíritu joven a pesar de ser siete meses mayor que Belichick. Como él lleva toda la vida entregada al «football». De hecho, los más veteranos le recuerdan como el entrenador de los New York Jets aquel día que Dan Marino se inventó el «fake spike» en uno de los mejores partidos de la historia. Los Dolphins se levantaron después de un horroroso inicio (0-17) y gracias al brazo de Dan Marino se plantaron a treinta segundos del final en la yarda ocho de los Jets con solo tres puntos de desventaja en el marcador. Marino gritaba «¡reloj, reloj, reloj!», lo que parecía indicar que iba a lanzar el balón directamente al suelo en la siguiente jugada para detener el cronómetro. Aquello era una trampa. La defensa de los Jets picó el anzuelo y Mark Ingram recogió sin problemas el balón en la endzone para el triunfo de los Dolphins. La cara de Carroll era un poema.

Carroll es un estupendo motivador, no oculta sus emociones durante los partidos y abraza constantemente a sus jugadores. Los expertos le elogian por saber cohesionar un vestuario plagado de egos. Puede que los Seahawks sean la franquicia más odiada del país, pero Carroll despierta simpatías entre muchos gracias a su sonrisa. Uno de los secretos del equipo, campeón la temporada pasada, es que el entrenador decide la música que suena en el vestuario, en los entrenamientos y antes de los partidos. «Para una persona de su edad tiene buen gusto», confiesa Marshawn Lynch. La lista de reproducción va desde clásicos como Jimi Hendrix, Nirvana, James Brown, Michael Jackson, Pearl Jam, Queen o The Police hasta los Maroon 5, The Lumineers, M.I.A., Linkin Park o Macklemore que conocen más de cerca los jugadores.

A pesar de su edad Carroll se esfuerza por mantenerse al día. Cuida su aspecto físico, participa en campañas para la protección de la infancia y es un entusiasta de los deportes acuáticos, especialmente del surf y del paddle board que ahora está de moda entre las celebrities, otro ejemplo del espíritu de Peter Pan de un tipo que mantiene activas sus cuentas en FacebookInstagram y Twitter. Eso sí, Carroll tampoco es un santo. Su historial quedó manchado por el escándalo de la Universidad del Sur de California, al descubrir que los equipos infringían las normas de elección de atletas de la NCAA, aunque él no fuera una figura central en aquel episodio.

A la altura de los mejores

Durísimo en todos los aspectos, suele preparar a sus jugadores para enfrentarse a las situaciones más complicadas sobre la hierba para que aprendan a lidiar con la presión. Y no perdona la indisciplina. Lo sabe bien Jonas Gray, un desconocido running back que ni siquiera pasó el filtro del draft y parecía llamado a convertirse en la nueva estrella del equipo después de una noche espectacular en su cuarto partido como profesional, con 201 yardas para cuatro touchdowns, el mejor estreno como anotador de un corredor en más de 90 años. Poco después Gray cometió el pecado mortal de llegar tarde a un entrenamiento y apenas ha vuelto a participar en los partidos.

Cuenta con uno de los mejores quarterbacks de la NFL, Tom Brady, el único jugador de toda la plantilla que se mantiene desde el estreno de Belichick como sargento de los Patriots. Suma 12 títulos divisionales, ha enlazado catorce temporadas consecutivas con balance positivo y la de este domingo será su sexta Super Bowl, récord compartido con Don Shula, y en caso de ganar conquistaría su cuarto título para empatar con Chuck Noll en lo más alto de la lista. Pete Carroll, por su parte, es uno de los tres únicos entrenadores que en toda la historia han conseguido conquistar campeonatos en la NCAA y la NFL. Dos estrategas brillantes con una misión en común: triunfar en el desierto de Arizona.

Víctor Pérez

Víctor Pérez es periodista. Licenciado en Periodismo y Comunicación Audiovisual por la Universidad Carlos III, fundó en 2001 FIFA-Champions para organizar torneos internacionales online del popular videojuego de EA Sports. Desde 2003 trabaja en el desarrollo de esta web como plataforma de información deportiva, que ha llegado a tener su propia revista interactiva, radio online y foros con una comunidad de más de 10.000 miembros. Durante los últimos tres años ha trabajado en la sección de deportes del diario ABC

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