Aunque su impacto sea limitado en el resto del planeta, nada compite con la Super Bowl en Estados Unidos. Ni como evento deportivo ni como espectáculo. El gran partido que corona cada año al rey del fútbol americano doblacon inmensa facilidad los números de audiencia en televisión de eventos de gran impacto mundial como la gala de los Oscar o los premios Grammy. La Super Bowl está a otro nivel: el año pasado la cifra de personas que en algún momento conectó con el partido (159,2 millones) superó con holgura el total de votos emitidos en las elecciones presidenciales (129 millones).