Desde hace siglos Estados Unidos presume de ser tierra de oportunidades. Lo es también para Tim Tebow, uno de los quarterbacks más mediáticos de los últimos años, condenado a la indiferencia por su discreto rendimiento, recuperado para el espectáculo como fichaje de los New England Patriots del «viejo zorro» Bill Belichick.
El movimiento parece extraño a primera vista. Tebow era un jugador deshauciado hace solo seis semanas, sin rumbo después de que losNew York Jets decidiesen rescindir su contrato. Sin novias a la vista en la atractiva NFL, la liga que más dinero mueve del planeta, Tebow parecía destinado a peregrinar por la insulsa Arena Football League, lejos de todos los focos y titulares. Hasta que llegó la llamada deBelichick, considerado uno de los mejores estrategas en el banquillo, brillante también a la hora de rescatar jugadores olvidados para tocar la gloria. Las piezas encajan.
Tim Tebow siempre ha sido un jugador diferente. En todo. Es un quarterback zurdo que tiene muchos, muchísimos problemas para lanzar -completa menos de la mitad de los pases que intenta- pero con habilidad para moverse entre las defensas rivales. Al menos en la Universidad, donde ganó el Trofeo Heisman antes que nadie y recibió también el prestigioso James E. Sullivan del que pueden presumir otros mitos como Mark Spitz, Michael Phelps, Michael Johnson o Carl Lewis.
De ídolo a olvidado
La fiebre por Tebow pronto inundó la NFL, incluido su gesto para rezar sobre el campo con la rodilla en el suelo, codo en la pierna flexionada y mano en la frente -«Tebowing»- repetido por aficionados, compañeros y famosos por las redes sociales. Tebow, además, rendía sobre el campo. Y lo hacía con una extraña habilidad para remontar partidos. Estados Unidos había encontrado un especialista en milagros. Con él los Broncos se plantaron contra todas las apuestas en los playoffs para caer, precisamente, ante los Patriots de Belichick y Tom Brady.
Aunque no lo reconozca, siempre reacio a decir una palabra más alta que la otra, esta última temporada ha sido un tormento para Tebow. Cambió Denver por Nueva York para jugar en los Jets, donde ha sido incapaz de arrebatarle el puesto de titular al también discutido Mark Sánchez: la fiebre por Tebow cayó poco a poco en la indiferencia, hasta el punto de salir del equipo por la puerta de atrás.
Del olvido le rescata ahora Bill Belichick, uno de los entrenadores más carismáticos de toda la NFL, experto en moldear jugadores despreciados por otros. Tebow llega a los Patriots como tercer quarterback, por detrás de Tom Brady y Ryan Mallett, con escasas posibilidades de jugar. «Todo lo que hacemos es lo que pensamos que es lo mejor para el equipo», explica el entrenador. Según USA Today Tebow ha firmado un contrato de dos años con un salario menor, sin primas ni dinero garantizado. La oportunidad tendrá que ganársela a pulso.