
La situación actual del Fulham invita a creer y mucho en la figura de Roy Hodgson. El entrenador londinense llegó al club en la 2007 – 2008. Lo hizo en diciembre y aterrizando en un conjunto que no había salido del descenso en toda la temporada. Milagrosamente, consiguió salvarlo. Los cottagers nunca olvidarán los últimos tres partidos de esa campaña.
Llegaron a estar matemáticamente descendidos en muchos minutos de ellos, pero finalmente, gracias a una remontada inverosímil ante el Manchester City, dirigido entonces por Sven Goran Eriksson, y a un triunfo final en Fratton Park, consiguieron la permanencia. Actualmente, de ese equipo que logró el milagro hace dos temporadas, sólo quedan unos pocos. Danny Murphy, Brede Hangeland, Paul Konchesky o Clint Dempsey son los ejemplos hoy titulares. El magnate Mohamed Al-Fayed, propietario del club desde 1997, ha puesto el dinero necesario para ir renovando la plantilla. Es el mismo patrimonio que consiguió en su día que futbolistas como Edwin Van der Sar, Steed Malbranque o Louis Saha vistieran la camiseta del Fulham. Aunque, por otro lado, tal dinero no sirvió para que Jimmy Bullard se quedara en el Cottage y pusiera rumbo a Hull.
Craven Cottage, The (River) Cottage, The Fortress, Thameside, The Friendy Confines, SW6, Lord of the Banks, The House of Hope, The Pavilion of Perfection, The ‘True’ Fulham Palace y The Palatial Home. Todos apodos válidos para designar el terreno de juego del club. Lo que ha ocurrido en este feudo las dos últimas campañas ha sido impresionante. Excepto el Chelsea, el resto de los ‘Big Four’ han caído en sus visitas. Lo hicieron el Arsenal y el United la temporada pasada. Este año los de Ferguson han querido repetir y se llevaron un 3-0 a casa. También se les ha unido el Liverpool, que perdió por 3 a 1. La balanza home – away del Fulham actual no deja espacio a la interpretación: en casa son infinitamente más fuertes y pueden contra cualquiera. 26 puntos sumados en el Cottage y sólo 8 fuera de él. Un estadio mítico, que además de ser el más antiguo de la ciudad de Londres (1879), tiene muchas más curiosidades.
El devenir histórico del terreno no tiene desperdicio. Durante el siglo XVI, en esos lares solía cazar Anne Boleyn, segunda esposa de Enrique VIII, aquél rey de la Corona Inglesa que además de casarse seis veces, decidió romper con la Iglesia Católica Romana y crear la Anglicana. Pero incluso me atrae más que en el antiguo Cottage, palacio de la nobleza, se especule con que Sir Arthur Conan Doyle, Jeremy Bentham y la mismísima Queen Elizabeth llegaran a vivir en él. No fue hasta 1896 cuando definitivamente, después de la construcción del estadio, el Fulham estableciera allí su sede. Solamente ha habido un parón de juego en toda su historia. Fue entre el 2002 y 2004, por mejoras en las instalaciones. Durante esas dos campañas, el Fulham emigró a jugar sus partidos a Loftus Road, casa del Queen’s Park Rangers.
Aunque si el destino lo hubiera querido, quizás el Fulham se hubiera movido de sitio en más de una ocasión. La primera fue en 1910, cuando Henry Norris, propietario del club, fue tanteado por un empresario llamado Gus Mears, que le invitó a mover al club a un estadio que acababa de adquirir y que estaba situado en Fulham Road. Norris no aceptó y Mears decidió crear su propio club y situarlo en ese estadio, llamado Stamford Bridge. E aquí la historia de porqué el Chelsea no tiene el estadio en el barrio de Chelsea. La segunda ocasión fue un par de años más tarde. Henry Norris adquirió el Arsenal y existió la posibilidad de crear un ‘SuperLondon Club’ mezclando ambas entidades. Finalmente no se consumó, creo que para bien de ambos.
El Craven Cottage contiene la gradería más antigua de todo el futbol mundial. Se llama John Haynes Stand, cambió de nombre en 2005 para recordar al que fue uno de los jugadores insignia del club. Este graderío tiene como curiosidad que su estructura es aún de madera y está prohibido fumar en ella, cosa que en el resto del estadio no sucede. El Cottage ha visto pasar a futbolistas como Bobby Moore, fue la principal casa como jugador de Bobby Robson e incluso ha podido disfrutar un par de temporadas de George Best. Aunque para anecdótico el cántico que empezaron a entonar sus aficionados en 1975, temporada en la que llegaron a la final de la FA Cup. Aún hoy the cottagers versionan a Manolo Escobar y cantan aquello de que ‘Viva el Fulham’.