Enterrados los debates sobre su valía, incuestionable su titularidad en el esquema de Carlo Ancelotti, elogiado dentro del vestuario y aplaudido por la parroquia del Bernabéu, Karim Benzema vive por fin un invierno feliz con el Real Madrid. Cuatro años después de su aterrizaje en la casa blanca el francés es hoy un futbolista más maduro, compañero antes que delantero, un secundario de lujo que sería estrella en cualquier otra parte.
«Es elegante, bueno, simpático, lo tiene todo. Siempre hace la jugada justa, es distinto a los demás», resume Zinedine Zidane. El mito blanco se ha convertido en el mejor defensor de Karim dentro del Real Madrid y estos días saca pecho ante las exhibiciones de su compatriota, que ha enlazado tres partidos brillantes para allanar la complicada cuesta de enero. Benzema se vistió de Butragueño en Getafe en una maniobra espléndida que le retrató como jugador. Karim no es un depredador como Cristiano Ronaldo, pero tiene perspicacia de sobra para saber dónde puede ser más útil para su equipo. Por eso tiende a caer a una de las bandas cuando sus compañeros atacan por el medio. Un nueve experto en crear espacios. Así llegó su maravilla de Getafe, en una jugada calcada a que abrió el marcador en la Champions League contra el Basilea esta temporada y que repite con asiduidad.
En Córdoba le tocó ponerse el mono de trabajo para rascar una victoria trabajadísima de la que fue partícipe con un gol. Y el sábado se marcó un partidazo contra la Real Sociedad, con un precioso gol al primer toque que entró por la escuadra. Otro brochazo de Benzema, un jugador con una técnica exquisita que se entiende a las mil maravillas con jugadores de brocha fina, de ahí que su relación con Isco adivine un futuro prometedor para ambos.
Todos los goles al primer toque
Sus maniobras de billar sobre el césped han echado tierra encima sobre aquellas críticas, portadas hirientes y, sobre todo, los silbidos de la grada. También sus estridencias fuera del campo, cazado por la Guardia Civil en la M-40 a 216 kilómetros por hora y envuelto junto a Ribéry en el caso Zahia, del que ya ha quedado absuelto. Sus enemigos le critican por su falta de sangre, pero Benzema ha demostrado por activa y por pasiva que esa es su mejor virtud porque es un jugador que no se arruga ante la adversidad ni se pasa de revoluciones. Por eso Karim pone la cordura en el ataque del Madrid.
A estas alturas de la película Benzema es, junto a Cristiano Ronaldo, el máximo goleador del Real Madrid en la Champions League con cinco goles y dos asistencias. En Liga sus números también son notables, con ocho asistencias y once goles, todos marcados al primer toque. Un «killer» muy sutil. Por eso el delantero francés es según el portal especializado en estadísticas «Squawka» el cuarto mejor jugador de esta Liga, por detrás evidentemente de los gigantes Leo Messi y Cristiano Ronaldo y separado del bronce solo por el talento del brasileño Neymar.
«Es un delantero que se mueve muy bien en todas las posiciones y aporta mucha calidad en cada jugada», resume Carlo Ancelotti, que ha acabado con las dudas sobre si Karim tenía nivel para jugar como delantero del Real Madrid. Puede que sus números como goleador queden a un mundo de las bestias de Cristiano y Messi, pero ha demostrado ser un nueve efectivo que aporta mucho más que gol. Y eso solo lo hacen los tipos especiales. Palabra de Zidane.