«A Maracaná lo han callado tres personas: Frank Sinatra, el Papa y yo», son las palabras de Alcides Ghiggia, el futbolista uruguayo que marco el gol decisivo en el «Maracanazo» de la final del Mundial de Brasil 1950 que ganó Uruguay. Brasil casi celebraba la victoria en el Campeonato del Mundo aquel 16 de julio que, finalmente, pasó a la historia como uno de los días más tristes de todo un país. Todos apostaban por el combinado local, incluidos los más de 170.000 espectadores que presenciaron la histórica derrota que conmocionó a todo un país.



