Presentaba todos los argumentos necesarios de una buena película el encuentro entre el Sporting y el Racing de Santander. El entrenador rojiblanco volvía a verse las caras con el equipo de su tierra y al que nuca había ganado. Tenía a todos sus hombres listos y además el Racing llegaba a Gijón con la cabeza en la vuelta de la copa del rey ante Osasuna.
Por ello, cuando arrancó el partido y gran parte de la grada se percató de que Munitis y la joven perla de la cantera cántabra Sergio Canales eran parte del banquillo más de uno pensó que el choque iba a ser coser y cantar. Nada más lejos de la realidad.
Es verdad que el Sporting empezó con más mordiente pero también es cierto que se desinfló con la velocidad de un globo. No hay pólvora arriba y la poca que quedaba esta mojada. Era la sensación palpable al finalizar el encuentro y al ver la cara del aficionado rojiblanco.
El primero en avisar fue Luis Morán en un disparo alto al que respondió Tchité, en la primera de sus múltiples incursiones por ambas bandas y, tras una indecisión de la defensa, pudo disparar pero el balón se estrelló en el lateral de la red. De nuevo Tchité en el minuto 11 obligó a Juan Pablo a desviar a córner y Barral también probó, pero el balón salió alto en la que fue prácticamente la última ocasión rojiblanca cuando aún quedaba más de media hora para el descanso de una primera mitad en la que el Racing, con un juego simple de balones largos a la espalda de la defensa siguió creando muchos problemas y generando ocasiones.
En una de ellas, un centro desde la derecha llegó a Geijo que tocó con la cabeza en parábola y superó a Juan Pablo, pero Gregory casi sobre la línea de gol salva a su equipo en una de las indecisiones de la zaga local.
Esto fue el preludio de lo que llegaría antes del descanso y caería como un jarro de agua fría entre la parroquia rojiblanca. La desacertada defensa rojiblanca cometió un nuevo error antes del descanso que dejó solo a Geijo ante Juan Pablo y el delantero racinguista aloja con comodidad el balón en la red del Sporting en medio de la algarabía de los aproximadamente 1.500 seguidores desplazados desde Santander y la desolación de los locales. El fallo de Botía en el marcaje es de libro y más de un aficionado se preguntaba porque desde la banda derecha pudo salir un centro cuando tenía el marcaje de dos jugadores rojiblancos. Son cosas que te quitan los tres puntos y no hay nada más.
Parecía que el guión estaba escrito, aunque ni Preciado ni el Sporting, estaban dispuestos a que se les volviera a atragantar el conjunto cántabro. Los rojiblancos salieron más fuertes en la segunda parte y empezaron a crear más peligro pero se perdían en el último pase o en el remate como el que falló Barral en el minuto 50 tras un gran pase de Diego Castro que le dejó sólo ante Coltorti, pero su remate salió demasiado cruzado.
Con el Racing más encerrado en su campo y buscando el contraataque llegó la segunda gran oportunidad del Sporting en una internada de un desdibujado De las Cuevas que llegó a un lateral del área pequeña y, cuando todo el mundo pensaba que iba a chutar, quiso pasar atrás lo que aprovechó la defensa para despejar.
Preciado decidió entonces hacer dos cambios dando entrada a Carmelo por De las Cuevas y dando la alternativa en el primer equipo a Christian Portilla mientras que Portugal respondió con el nuevo ídolo de la afición cántabra, Sergio Canales.
Barral volvió a demostrar que no está siendo su temporada al enviar fuera un remate de cabeza cuando se encontraba completamente solo tras un gran centro de Bilic en unos minutos de dominio local pero rápidos contraataques racinguistas ante una defensa rojiblanca con un efectivo menos tras el tercer cambio de Preciado en el que sentó a Canella para dar entrada a un segundo delantero, Bilic.
El debutante Portilla estuvo a punto de salir como un héroe de El Molinón al lograr un gran remate a centro de Luis Morán pero Coltorti respondió con una gran parada que salvó a su equipo.
En los últimos diez minutos el Sporting disparó a puerta más que en toda la primera parte y en todas las ocasiones la portería del Racing pasó por serios apuros pero el balón no quiso entrar ni en el tiempo reglamentario ni en los cinco minutos de prolongación en lo que el equipo gijonés siguió volcado sobre la portería recinguista.
De esta forma, el Sporting cierra la primera vuelta con 24 puntos. Unos números que nadie soñaba a principio de temporada pero dejando una mala sensación en el aire y sobre todo un pesimismo por la falta de gol. Seis puntos en los últimos cincos partidos desde luego no dan buenas sensaciones de cara a la segunda vuelta que arranca el sábado ante el todopoderoso FC Barcelona de Pep Guardiola.