El Sporting sumó tres puntos ante un Espanyol que mereció más en un encuentro en que los locales marcaron nada más dar comienzo el partido y luego supieron defender su portería con un juego que sino fue vistoso si práctico y que muestra el cambio radical que el equipo gijonés ha dado con respecto a la pasada temporada.
Si hubiesen preguntado a los aficionados del Sporting cual fue el peor partido de su equipo la pasada temporada sin lugar a dudas hubiesen señalado el jugado ante el Espanyol, y éste era el rival que tenía hoy enfrente aunque los dos en situaciones muy diferente en la presente campaña.
El equipo de Pochettino no pudo empezar de peor manera el encuentro ya que en la primera jugada vio cómo Bilic, al desviar un tiro de Diego Castro, metía el primer y único gol del partido. Por si fuera poco, con el gol llegó una fuerte tormenta que dificultó el juego en los primeros compases.
El partido se ponía de cara para los rojiblancos pero el Espanyol reaccionó bien y empezó a meter balones largos sobre la pareja de centrales del Sporting, que pasó bastantes apuros.
El Sporting, no obstante, llegaba con peligro y Matabuena pudo lograr el segundo con un tiro cruzado en el minuto 7. Sin embargo el equipo blanquiazul empezó a coger el mando del esférico y a disponer de grandes ocasiones para igualar el encuentro.
La primera, un mano a mano de Callejón con Juan Pablo que no supo resolver con acierto el delantero. Poco después, Luis García remató al larguero y a continuación Callejón se fue por velocidad y se plantó de nuevo ante el portero del Sporting con todas las ventajas, pero intentó regatearlo y lo hizo fatal dando tiempo a la defensa para frustrar otra gran ocasión.
El Espanyol ya era el absoluto dominador del juego y en la siguiente llegada Luis García remató al larguero y a continuación Callejón se fue por velocidad y se plantó de nuevo ante el portero del Sporting con todas las ventajas, pero intentó regatearlo y lo hizo fatal dando tiempo a la defensa para frustrar otra gran ocasión.
El Sporting en esos momentos del partido perdía el balón con mucha facilidad pero de vez en cuanto se plantaba en las inmediaciones de Kameni llevando la incertidumbre a la zaga catalana.
A pocos minutos para el descanso, Marqués sufrió una rotura muscular en una jugada fortuita y en su lugar entró De la Peña, el jugador que la pasada temporada se la lió al Sporting con lo que los nervios en la grada fueron en aumento.
Antes del descanso la zaga local no acertó a despejar el balón en un lanzamiento de córner y Pillud trató de disparar pero su remate salió muy desviado hasta el punto de que se convirtió en un centro que tocó Iván Alonso y el balón salió rozando el poste derecho de la portería sportinguista en la última ocasión de la primera parte.
El Sporting salió en la segunda parte con una actitud muy distinta y tuvo una gran ocasión en las botas de Bilic para lograr el segundo gol.
Pochettino decidió dar entrada a Nakamura por Verdú y el Espanyol volvió a hacerse con el dominio del balón, aunque el esfuerzo físico realizado por los dos equipos empezó a pasarles factura, la presión ya no era tan efectiva y los fallos más frecuentes con lo que la sensación de peligro aumentó en ambas porterías.
El juego se volvió un tanto loco con varios jugadores muy tocados físicamente y los gijoneses creando las mayores ocasiones de peligro, en especial una jugada personal de Diego Castro que tras hacerle un ‘caño’ a Pillud disparó con intención muy cerca del poste ante un superado Kameni.
Fue la última ocasión de un partido en el que el Sporting sumó tres puntos de oro ante un rival que llegaba a El Molinón invicto en las últimas siete jornadas y que no merecieron marcharse de Gijón sin haber sumado algún punto.