Monumental repaso de Argentina a España en el primer test serio tras el Mundial de Sudáfrica. La «Roja», que horas antes había sido galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes, ha caído con merecimiento ante una selección que comienza a parecer un equipo.
No era el día de España. Ni el lugar, ni la fecha parecían los adecuados. Pero era (y es) un Argentina-España. Nada de amistoso: entre los dos combinados suman tres campeonatos del mundo. Y precisamente eso es lo que ha aprendido la selección española en esta visita. Ninguna campeona del mundo juega amistosos. Y menos la última que se ha coronado.
Del Bosque no regaló el partido, pero tampoco buscó demasiada pelea. Su posición era extremadamente complicada: tras un viaje muy largo (de ida, queda la vuelta) la Liga volverá a escena este fin de semana. Nadie le hubiese perdonado una lesión grave de uno de los «importantes». Así que tocaba buscar el equilibrio. Pero no era el día de España. Vicente, por ejemplo, decidió dejar en el banquillo para premiar a sus otros dos porteros. Reina encajó tres goles en una primera mitad nefasta que cerró con un fallo garrafal.
Y es que Argentina arrolló a la selección española en el primer tramo del partido. No era La Bombonera, pero el ambiente del Monumental de Buenos Aires dejó medio grogui a la «Roja», que a los 10 minutos se encontró con un gol del mejor Messi. A pesar de las críticas, Leo ha vuelto a dejar claro que es el mejor de la albiceleste, y uno de los mejores del mundo.
Pero Argentina fue mucho más que Messi. Banega, Mascherano y Cambiasso han demostrado que Maradona estaba equivocado. Muy equivocado. Si en el Mundial el centro del campo fue uno de sus mayores problemas, esta noche fue una de sus mejores virtudes. Supo frenar (junto a una correctísima defensa) a la campeona del Mundo. Y a ello hay que sumarle el incansable trabajo de Tévez, el propio Messi o Gonzalo Higuaín, que se encargó de marcar el segundo a pase del «apache».
Tras la tempestad, España comenzó a tomar el mando del balón (que no del partido). Villa lanzó un zurdazo al palo y Sergio Romero tuvo que intervenir un par de veces. Pero Argentina estaba a gusto. Enfrente tenía a una España recién levantada de una mala siesta y con el gesto torpe. Pepe Reina regalaría el tercer gol en una jugada desgraciada. Se resbaló antes de despejar el balón Tévez llegó antes que él para empujar el balón a la red, justo donde estaba España.
Los cambios de la segunda parte mejoraron a España, aunque tampoco lo suficiente para poner en aprietos a esta Argentina necesitada de buenos (y esperanzadores) resultados. Fernando Llorente acortaba distancias a seis minutos del final en una jugada dentro del área. Pero el «Kun» Agüero cerraría definitivamente el marcador con el 4-1. Una goleada monumental.



