Llevar la camiseta de un acusado de asesinato? Los New England Patriots, uno de los equipos más populares de la NFL, intentan borrar todas rastro Aaron Hernández, detenido en prisión acusado de asesinato. El equipo de Nueva Inglaterra ha invitado este fin de semana a sus aficionados entregar las camisetas con el nombre del jugador para recibir gratis la de cualquier otra estrella del equipo.
El sábado se intercambiaron casi 1.200 camisetas, el 25% eran de talla infantil
«Sabemos que los niños aman ponerse sus camisetas de los Patriots, pero puede que no entiendan por qué los padres no quieren que se pongan ya las camisetas de Hernández», explica a través de un comunicado en su página web el equipo, que este fin de semana entregará gratis una camiseta de los Patriots a cualquier aficionado que entregue a cambio la prenda con el apellido Hernández impreso en la espalda y el número 81 -también se acepta el 85- que vistió el jugador durante tres años antes de que su carrera se truncase al ser acusado de asesinato.
La imagen de Aaron Hernández saliendo de su casa esposado causó un revuelo mayúsculo en Estados Unidos, un país entregado al «football», pasatiempo nacional muy por encima de baloncesto, béisbol o hockey sobre hielo. Los Patriots anunciaron el despido fulminante de Aaron Hernández al conocerse la acusación de asesinato. El equipo borró en cuestión de minutos su nombre de la plantilla, e incluso en este comunicado en el que ofrece el intercambio gratuito de camisetas no aparece en ningún sitio el nombre completo del jugador.
A pesar de quedar señalado por el equipo, las camisetas de Aaron Hernández cotizan al alza en otros mercados. En eBay algunos hinchas han puesto a la venta diversos objetos del ya exjugador de los Patriots con beneficios espectaculares: una camiseta firmada por Hernández se vendió la semana pasada por 1.525 dólares mientras que una prenda similar subastada en abril, antes de la detención del jugador, apenas alcanzó los 159 dólares según informa Reuters.
Vilipendiado por su equipo y repudiado por la gran mayoría de la opinión pública, Aaron Hernández permanece recluido en una celda de seis metros cuadrados en el correccional de Darmouth, en Massachusetts. El jugador de 23 años ha sido acusado de asesinar a Odin Lloyd, un jugador semiprofesional que salía con la hermana de la novia de Hernández y apareció muerto en una zona industrial de Attleboro (Massachusetts), a kilómetro y medio de la residencia de Hernández.
¿Deportistas violentos? No según las estadísticas
La acusación de asesinato que pesa sobre Aaron Hernández ha despertado numerosas críticas en Estados Unidos hacia la NFL, acusada de convertirse en un coto que proyecta la imagen de tipos excesivamente violentos. Solo unos días antes de la imagen de Hernández esposado la opinión pública estadounidense se había sacudido con las detenciones de Ausar Walcott, jugador de los Cleveland Browns, por intento de homicidio, y Joe Lefeged, de los Indianápolis Colts, por posesión ilegal de armas de fuego.
Estos recientes episodios han llevado a muchos a concluir que el fútbol americano tiene un problema con la violencia, pero no es exactamente así según las estadísticas. Un análisis de The Washington Times pone de relieve que mientras en la última década el 2,9 por ciento de los jugadores de la NFL han sido detenidos, el porcentaje asciende al 10,8 por cientro entre los hombres de entre 22 y 34 años.
En números absolutos 28 jugadores en activo están detenidos, pero esa cifra se traduce en un porcentaje que ni siquiera llega al 1 por ciento de los 3.000 jugadores que participan en la NFL.